Cada invierno volvemos a lo mismo: cómo calentar el piso sin que la factura decida independizarse de nuestro bolsillo. Entre aparatos que prometen milagros y tarifas que suben cuando menos te lo esperas, elegir sistema es más confuso que leer la letra pequeña. Aquí te lo simplificamos para que aciertes sin líos. Revisamos las opciones más habituales en los hogares españoles, con sus pros, contras y números claros. El objetivo es localizar la calefacción más económica para un piso, equilibrando inversión, consumo y eficiencia. Y, de paso, darte un plan práctico para no pagar de más.
¿Cuál es la calefacción más económica para un piso y por qué?
De acuerdo con los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Índice de Precios de Biomasa, Red Eléctrica de España, la tarifa PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), la OCU y los cálculos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), las bombas de calor y las estufas de pellets se colocan como las opciones más baratas en consumo y coste mensual. ¿La razón? En el día a día, convierten mejor la energía que consumen en calor útil para casa.
La bomba de calor destaca por su alta eficiencia (hasta un 400% de rendimiento) y sirve tanto para calentar en invierno como para enfriar en verano. Es ideal en climas templados, aunque su eficacia baja en climas fríos. Las estufas de pellets ofrecen un combustible renovable y con precio estable y una eficiencia térmica alta. Eso sí, la bomba de calor requiere una inversión inicial moderada y mantenimiento básico (limpieza de filtros), y la de pellets necesita espacio para almacenar combustible, limpieza regular y una salida de humos.
Comparativa de costes: cuánto pagarías al mes según el sistema
Para situarnos, tomamos como referencia un piso tipo de 80 m2 y los usos indicados en cada caso. Son costes mensuales aproximados que ayudan a comparar sistemas de forma rápida y realista.
| Método de calefacción | Consumo medio | Coste mensual aproximado |
|---|---|---|
| Gas natural | Piso de 80 m2, uso 6 h/día | 80 – 100 euros |
| Calefactor eléctrico | Piso de 80 m2 con 1-2 unidades | 120 – 170 euros |
| Calefactor de resistencia | Piso de 80 m2 | 150 – 210 euros |
| Calefacción eléctrica | Piso de 80 m2 con radiadores eléctricos | 150 – 200 euros |
| Bomba de calor | Piso de 80 m2 con bomba de calor | 60 – 90 euros |
| Pellets o biomasa | Piso de 80 m2 con estufa de pellets | 70 – 100 euros |
La lectura es clara: la bomba de calor se mueve entre 60 – 90 euros y la biomasa entre 70 – 100 euros. El gas natural queda en 80 – 100 euros y la eléctrica directa y los calefactores se disparan, sobre todo en usos prolongados. Por tanto, si buscas pagar menos cada mes, las bombas de calor y los pellets salen arriba en la tabla de la sensatez.
¿Qué sistema te conviene según tu casa y tu clima?
Gas natural: encaja bien en zonas frías y viviendas con instalación previa. Permite un control preciso de la temperatura y ofrece buen equilibrio entre confort, coste y eficiencia. A cambio, exige instalación y contrato de suministro, mantenimiento anual obligatorio y depende de combustibles fósiles.
Bomba de calor: perfecta en climas templados. Calienta en invierno y enfría en verano, con consumo muy eficiente. Su eficacia baja en climas fríos y requiere una inversión inicial moderada y limpieza de filtros. Pellets o biomasa: alternativa sostenible con alta eficiencia y precios estables del pellet, pero pide espacio para almacenamiento, limpieza regular y una salida de humos.
Factores que de verdad suben o bajan tu factura
El tamaño y el aislamiento mandan: un piso pequeño y bien aislado necesita menos potencia para lograr confort, mientras que una vivienda amplia o con fugas de calor requerirá más energía para la misma temperatura. La zona climática también pesa: no es lo mismo calentar en Burgos que en Málaga; en regiones frías conviene apostar por sistemas potentes y eficientes que mantengan la temperatura estable con consumos contenidos.
Tus hábitos hacen el resto. Programar la calefacción en horas de menor coste energético y aplicar rutinas de ahorro reduce el gasto hasta un 20%. Además, el tiempo de uso marca la diferencia: no paga lo mismo quien enciende unas horas al día que quien la mantiene todo el invierno. Y, por supuesto, el precio de la energía (gas, electricidad o pellet) impacta directamente en el presupuesto final.
Guía rápida: pasos prácticos para gastar menos desde ya
Si no quieres cambiar de sistema ahora mismo, aún hay margen para recortar la factura con decisiones sencillas.
- Programa la calefacción en horas de menor coste energético y evita mantenerla encendida cuando no estás.
- Ajusta el tiempo de uso a tus rutinas reales; el confort no exige calentar estancias vacías.
- Usa calefactores portátiles solo de forma puntual y en estancias pequeñas.
- Mantén lo básico al día: limpieza de filtros en bombas de calor y el mantenimiento que corresponda en cada sistema.
- Si cuentas con espacio de almacenamiento y salida de humos, valora los pellets como alternativa estable y eficiente.
Con estos pasos y una elección de sistema acorde a tu vivienda, puedes acercarte a ese ahorro del 20% asociado a mejores hábitos y horarios. No son trucos, es simplemente evitar gastar calor donde no hace falta.
¿Gas natural o aerotermia: qué sale más barato a la larga?
La aerotermia (bombas de calor) es más barata a largo plazo según los datos disponibles: su consumo energético es hasta un 25% más económico que el del gas natural por kWh de calor. Si buscas minimizar el coste por unidad de calor, aquí está el quid.
Ahora bien, la inversión inicial de la aerotermia es más alta que la de una caldera tradicional, así que la decisión mezcla bolsillo presente y ahorro futuro. En resumen: si puedes asumir el desembolso inicial, la aerotermia compensa con el tiempo; si no, el gas natural mantiene un equilibrio razonable entre confort y coste, especialmente en zonas frías y con instalación ya hecha.
