¿Alguna vez has abierto un paquete de galletas en la oficina y has pensado “total, es solo una”? Seguro que sí. Todos hemos sentido ese rugido del estómago a media tarde, cuando el reloj avanza a paso de caracol y la tentación cruje dentro del envoltorio. Lo que quizá no imaginabas es que ese gesto tan cotidiano pudiera costarte el empleo.
Eso le ocurrió a Nadia, una chica de 18 años que llevaba apenas unos meses en un supermercado Spar y que ahora se ha visto en la calle por unas galletas de chocolate y un Chupa Chups. Su historia se ha hecho viral en TikTok, donde su vídeo acumula 1,2 millones de visualizaciones desde que lo subió. Y, por supuesto, las redes han estallado con opiniones para todos los gustos.
¿Qué ocurrió exactamente en el Spar aquel lunes?
Nadia recibió la llamada: “Pásate por la sede, tenemos que hablar”. Hasta ahí, nada nuevo; los managers adoran las reuniones sorpresa. Nada más llegar, le entregaron una carta de despido y le explicaron los motivos con toda la frialdad administrativa que cabe en un folio:
- Apertura y consumo de un paquete de galletas sin abonar.
- Compartir esas galletas con otra compañera, también sin ticket.
- Posesión de un Chupa Chups sin comprobante de compra.
- Incumplimiento de la norma interna que restringe la comida al tiempo de descanso.
El documento concluía que la conducta se consideraba “improcedente” y “reiterada”, lo que, en cristiano, significa faltas graves según el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores.
Nada de esto pilló a Nadia del todo desprevenida: en su vídeo (grabado a carcajadas nerviosas) reconoce que abrió las galletas “para ir picoteando” y pensó pagarlas luego. Además, otra compañera veterana solía traer croquetas caseras sin que nadie dijera ni mu, así que supuso que aquello era costumbre de la casa.
Las razones de la empresa, al detalle
Según el escrito, la supervisora de turno le recordó que todo alimento debía pagarse y consumirse solo durante el descanso de 15 minutos. Sin embargo, cuando fue a explicárselo, el paquete ya estaba abierto y varias galletas faltaban. Para rematar, apareció una piruleta en el obrador sin ticket de caja. La firma concluyó que, aunque el valor de lo “sustraído” apenas alcanzaba 2,40 euros, el quebranto de confianza era total: “No te puedes fiar de nadie”, sentenció la responsable. Un mazazo, porque en términos legales la pérdida de confianza basta para ejecutar un despido disciplinario… por mucho que hablemos de chucherías.
En redes, la reacción ha sido bipolar: unos llaman “rácana” a la empresa por despedir a una adolescente por unas galletas; otros alegan que, reglas son reglas, y que el puesto de trabajo no es “el patio del insti”. Más allá del debate moral, la papeleta deja claro que infringir las normas internas (aunque cuesten lo mismo que un café) puede tener consecuencias muy serias.
¿Puede la empresa despedirte por “picar” algo?
La respuesta corta es sí. El Estatuto de los Trabajadores permite el despido disciplinario cuando se produce robo, hurto o abuso de confianza, sin importar la cuantía. En la práctica, los jueces suelen valorar la proporcionalidad: ¿es razonable echar a alguien por 1 euro? Depende del contexto. Si existe normativa interna clara, carteles visibles y una advertencia previa, el tribunal suele dar la razón al empleador. Por otro lado, si no se prueban la intencionalidad o la reiteración, el despido podría declararse improcedente y la empresa acabaría pagando 33 días de salario por año trabajado.
En este caso, Nadia firmó un documento de acogida donde se le informaba de que la comida debía abonarse antes de consumirla. La empresa alega, además, que ella compartió las galletas con otra empleada, elevando la falta a “colectiva”. Dicho de otro modo: el juez tendrá la última palabra si Nadia decide demandar, pero, de momento, la balanza se inclina hacia el supermercado.
Consejos para no acabar en la calle por un antojo
Antes de que cunda el pánico y tires tu bocadillo a la papelera, conviene diferenciar entre un simple despiste y una falta grave. Si te ruge el estómago, paga primero y come después; el datáfono no muerde. Deja constancia del ticket y usa siempre la zona de descanso. Además, pregunta a tu responsable si la norma no está clara: mejor parecer pesado que quedarse sin nómina. Y, por supuesto, nada de “tradiciones” de pasillo: que tu compi se salte la regla no te convierte en Robin Hood.
Por último, si te ves en una situación parecida, conserva toda la documentación (carta de despido, emails, mensajes) y acude a un abogado laboralista en menos de 20 días hábiles. Esa es la ventana legal para impugnar; pasado ese plazo, ni los mejores Filipinos del mundo podrán endulzar el resultado.