Perder el empleo a los 55 años asusta, sobre todo cuando no llegan ni las entrevistas. Eso le pasó a Alessandro Vendetti, romano, que cerró su empresa y estuvo dos años sin que le llamaran, según Il Fatto Quotidiano. En Italia, con su agenda llena de contactos, ni así hubo manera. Al final hizo lo que muchos se plantean y pocos se atreven: hizo las maletas. Se fue a los Países Bajos y hoy vive en Leiden, donde trabaja como consultor para la Agencia Espacial Europea con el mismo rol que tenía… pero cobrando el triple. Lo dice sin rodeos: echa de menos la hospitalidad italiana, sí, pero no volvería.
¿Cómo pasó de dos años sin entrevistas a un empleo con sueldo triple?
El punto de inflexión llegó tras cerrar su empresa en Roma y encadenar dos años sin siquiera acceder a una entrevista. En ese tiempo se buscó la vida: ayudó en la tienda de un amigo y trabajó como consultor para distintas compañías, hasta conectar con la Agencia Espacial Europea en Frascati, a las afueras de la capital.
Después apareció una intermediaria (una empresa que media en la contratación) que le abrió la puerta definitiva: la misma posición, pero en los Países Bajos, y con un incentivo nada menor. “Ofrecían el triple de sueldo por el mismo trabajo”. Vendetti aceptó, se instaló en Leiden y, desde entonces, reconstruyó su trayectoria con la ventaja de que allí su experiencia pesa. De hecho, resume su salto con una frase que duele y anima a partes iguales: “He dejado Italia a los 55 años. A esa edad nos consideran acabados. En Holanda, en cambio, la experiencia es una virtud y sigo recibiendo ofertas de empleo cada mes”.
¿Qué cambió al mudarse a Países Bajos (Holanda)?
En Leiden desempeña la misma función que realizaba en Italia, pero con condiciones que (según relata) le reconocen lo que aporta. Allí, la edad no es un freno y las ofertas siguen llegando. Él mismo lo remarca: “Aquí, la experiencia se valora y las ofertas siguen llegando”.
A continuación se resume, con los datos disponibles, el antes y el después de su vida laboral. Esta tabla no añade cifras nuevas: solo ordena lo que cuenta su propia experiencia para que puedas comparar de un vistazo.
Aspecto | Italia (antes) | Países Bajos (ahora) |
---|---|---|
Rol profesional | Consultoría (conexión con la Agencia Espacial Europea en Frascati, a las afueras de Roma) | Consultor para la Agencia Espacial Europea en Leiden |
Acceso al mercado | Durante dos años ni siquiera pudo acceder a una entrevista | Recibe ofertas de empleo cada mes |
Valoración de la edad | “A esa edad nos consideran acabados.” | “Aquí, la experiencia se valora y las ofertas siguen llegando” |
Sueldo | No se detalla | El triple por el mismo trabajo |
Ajuste salarial | No se menciona | Aumento acorde a la inflación: 7% en el último año |
Además, hay un detalle práctico que, cuando toca pagar la compra, se agradece: el salario se actualiza frente a la inflación. Según Il Fatto Quotidiano, recientemente recibió una subida alineada con el 7% del último año. Lo resume así: “Con la vida siendo más cara aquí, los salarios aún permiten una mayor calidad porque el poder adquisitivo es superior”.
¿Qué valora y qué echa de menos de Italia?
La adaptación no fue perfecta, y no hace falta idealizar: la vida en Leiden tiene reglas no escritas y un respeto a la privacidad que se nota hasta en las ventanas sin cortinas. Alessandro bromea con que aún le cuesta no mirar, un gesto bastante italiano que allí conviene soltar para integrarse.
También hay corazón. Echa de menos el calor social y la hospitalidad, la de toda la vida. Lo admite y, a la vez, zanja el debate: “Echo de menos nuestra hospitalidad, pero no volvería”. El choque gastronómico tampoco ayuda: “Del lado gastronómico, mejor no hablar: fue un trauma”.
¿Qué puedes aprender de esta historia si tienes 50, 55 o más años?
Esta experiencia no es fórmula mágica, pero sí deja pistas útiles si te has quedado fuera del mercado o te han aparcado por “demasiado mayor”. ¿La clave? Transformar la experiencia en valor visible y, si hace falta, mover ficha donde se reconozca.
A continuación, algunas acciones concretas inspiradas en su recorrido. Sirven como guía práctica para orientar tu búsqueda sin prometer milagros, solo pasos posibles.
- Considera trabajos “puente” para mantenerte activo (como ayudante o consultor puntual) mientras aparece la oportunidad buena.
- Usa intermediarias de contratación (empresas que median entre candidato y empleador) cuando se abren opciones internacionales.
- Valora entornos donde la experiencia sea un activo explícito (consultoría, proyectos especializados) y no un “pero” de edad.
- Si cambias de país, prepara el aterrizaje cultural: nuevas normas sociales y otra manera de relacionarse.
- Negocia o busca empleos con ajuste salarial a la inflación (subida automática para compensar precios), porque tu poder adquisitivo lo nota.
- No descartes mudarte si el proyecto es el mismo… pero las condiciones (como aquí) son “el triple”.
En resumen, la historia de Alessandro no va de suerte repentina, sino de moverse cuando el mercado te da la espalda. Cambió de escenario, mantuvo su oficio y encontró un lugar donde su bagaje de 55 años se traduce en empleo, ofertas mensuales y un salario actualizado; por consiguiente, una calidad de vida que, para él, compensa el precio de la distancia.