Cuando la báscula marcó 168 kilos y los médicos le advirtieron que su riñón corría serio peligro, Sanne Christensen decidió que no podía esperar más. Año y medio después ha eliminado 96 kilos, camina sin dolor y ha vuelto a sentirse dueña de su cuerpo.
Sanne vivía atrapada en un círculo de malos hábitos: comida rápida, sedentarismo y la angustia de ver cómo cada paso le costaba un mundo. A sus problemas de espalda se sumó una insuficiencia renal que la llevó a ingresar seis veces en un solo año. El ultimátum fue claro: o reducía peso de forma drástica o su salud continuaría deteriorándose. ¿Te imaginas escuchar eso con apenas 41 años?
Cómo Sanne Christensen adelgazó 96 kilos gracias a Wegovy y disciplina diaria
El 1 de enero de 2024 recibió la primera inyección de Wegovy, un fármaco para la obesidad muy extendido en Dinamarca. El efecto fue inmediato: desapareció la ansiedad por la comida y la sensación de saciedad llegaba antes. «Perdí 80 kilos antes de pisar el gimnasio», recuerda.
Momentos clave de su proceso:
- Decisión médica: apuesta por Wegovy tras evaluar riesgos y beneficios.
- Control semanal: peso, tensión y análisis sanguíneos para vigilar la función renal.
- Apoyo psicológico: sesiones quincenales para fortalecer la motivación.
- Celebración de logros: cada 10 kilos, un pequeño premio no alimentario.
Por tanto, medicación y estrategia mental caminaron de la mano para sostener la constancia.
Los cambios de alimentación que sostienen la pérdida de peso a largo plazo
Adelgazar rápido es solo la mitad del reto; mantenerlo exige nuevos hábitos. Sanne eliminó el pan blanco y los aderezos grasos, sustituyó las salsas por zumo de limón y optó por versiones light de los productos que antes llenaban su nevera. Además, empezó a servirse en platos pequeños: un truco sencillo, pero eficaz para engañar al ojo… y al estómago.
A continuación se resume su evolución:
Fecha | Peso (kg) | Hito principal |
---|---|---|
Ene 2024 | 168 | Inicio de Wegovy |
Jun 2024 | 128 | Primera vez sin necesidad de muletas |
Oct 2024 | 98 | Autonomía completa para tareas diarias |
Abr 2025 | 72 | Alta médica del servicio de nefrología |
Como ves, cada etapa trae un logro concreto que refuerza su compromiso.
Rutina de ejercicio progresiva: de no poder andar a disfrutar de sentadillas
Cuando la báscula ya reflejaba 88 kilos menos, Sanne se atrevió con el ejercicio. Comenzó en un centro deportivo con sesiones suaves de bicicleta estática; después trasladó las rutinas al salón de su casa. Hoy alterna pesas rusas, sentadillas y abdominales tres veces por semana. ¿Quién diría que hace unos meses apenas podía caminar?
Eso sí, entrenar exigió reajustar la ingesta calórica. Pasó de consumir apenas 500 calorías diarias a un plan supervisado de 1.200 calorías, suficiente para alimentar el músculo sin comprometer la pérdida de grasa. “Empieza a ser divertido, moverse”, confiesa, demostrando que el deporte es ahora una fuente de placer y no de sufrimiento.
¿Qué podemos aprender de esta transformación y aplicarlo a nuestro día a día?
- Consulta a un profesional: cada organismo es distinto; un tratamiento eficaz para uno puede no serlo para otro.
- Establece metas realistas y medibles: dividir un gran objetivo en escalones manejables evita la frustración.
- Cuida tu entorno: rodearte de personas que apoyen tu cambio multiplica las probabilidades de éxito.
- Celebra cada avance: un pequeño reconocimiento refuerza la motivación interna.
Por consiguiente, más allá del medicamento, la clave reside en la constancia y en abordar peso, mente y entorno como un mismo engranaje. ¿Tú también sueñas con un cambio radical? Tal vez hoy sea el momento perfecto para dar el primer paso. Si Sanne lo logró partiendo de 168 kilos y una enfermedad renal, ¿qué te impide intentarlo a tu ritmo?