Los diferentes organismos públicos son los encargados de determinar y reconocer los casos en los que una persona tiene alguna discapacidad, del tipo que sea. Según los casos, existen diferentes grados que contienen unas u otras condiciones y requisitos. Estos grados son cinco y van desde nula a muy grave. En concreto, los casos de discapacidad nula suponen un 0%, una discapacidad leve oscila entre un 1% y 24%, una discapacidad moderada, entre un 25% y un 49%, una discapacidad grave, entre el 50% y el 70%, y los casos de discapacidad muy grave que suponen más del 75%.
El 33% es el grado mínimo reconocible y es un documento oficial que acredita que una persona posee ese grado de discapacidad. Solo podrán emitirlo desde la Administración Pública porque de él se derivan ciertas preferencias y beneficios, especialmente fiscales. Aunque algunas son muy similares a las ayudas de la incapacidad permanente absoluta, no obstante, existen diferencias. Aquí el listado de los beneficios fiscales y otros de las personas que tienen reconocido el 33% de discapacidad igual o superior.
Beneficios fiscales y otras bonificaciones
Las personas con un 33% de discapacidad tienen deducciones en el IRPF, bonificaciones en el impuesto de vehículos y de circulación, así como en el impuesto de vehículos y de circulación. También obtienen reducciones en el pago de los impuestos más comunes como el agua o el IBI. Además, según la comunidad autónoma, podrán aplicarse ciertas deducciones sobre el IRPF.
Descuentos en transporte público y vivienda
Existen tarjetas especiales para aquellas personas con discapacidad que utilizan el transporte público y suelen tener un menor costo. Son nominativos y solo pueden utilizarlo las personas que en él aparecen. También existen los billetes simples con una reducción en su precio. Además, a la hora de adquirir una vivienda, las personas con discapacidad pueden tener deducciones debido, en muchas ocasiones, a las adaptaciones que tengan que realizar en su nuevo hogar.
Ayudas al empleo y más oportunidades
El acceso al mercado laboral puede ser en algunas situaciones un proceso complicado. Por ello, para mejorar las oportunidades de las personas con discapacidad se reserva un número de puestos en el sector público. Con respecto al sector privado, aquellas empresas con más de 50 empleados tienen que reservar un 2% de sus puestos para personas con discapacidad.
Ayudas económicas y prestaciones sociales
En ocasiones, las personas con discapacidad no pueden trabajar, por lo que la Seguridad Social provee de ciertas ayudas y subsidios para estas personas. Por ejemplo, la asistencia sanitaria y prestación farmacéutica, por la que se garantiza el acceso a los servicios médicos necesarios y se cubre los gastos de los medicamentos requeridos. Además, existe un subsidio de movilidad y compensación por gastos de transporte, pensado y otorgado para cubrir los gastos que se deriven del transporte de las personas con discapacidad.
Ocio, cultura y educación
Los espacios culturales y de entretenimiento ofrecen varios descuentos para las personas con discapacidad. Además, pueden solicitar ayudas económicas concretas para adquirir libros de textos, becas en educación o la reserva de plazas para acceder a la universidad.
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