El Gobierno prepara nuevas tasas a los coches diésel y gasolina incluso para los que tienen etiqueta B y C de la DGT

La Ley de Movilidad Sostenible, en trámite parlamentario, abre la puerta a que los ayuntamientos apliquen recargos en las Zonas de Bajas Emisiones a los coches más contaminantes, incluso a los de etiqueta B y C de la DGT. Además, prevé revisar las etiquetas, impulsar un plan Renove y ampliar los puntos de carga.

La norma, que continuará su tramitación en el Senado antes de volver al Congreso para su aprobación final, busca incentivar la movilidad eléctrica y desincentivar el uso de vehículos con mayores emisiones. ¿Te afectará si conduces un diésel o gasolina de más de 10 años?

La Ley de Movilidad Sostenible avanza y abre la puerta a nuevas tasas municipales en circulación. El nuevo texto, acordado en el Congreso el 8 de octubre, marca un cambio de rumbo: impulsar la movilidad más ecológica y penalizar los vehículos más contaminantes. Por eso, los coches diésel y gasolina, especialmente los más antiguos, se verán condicionados por regulaciones que podrán activar los consistorios. La aprobación final podría producirse en noviembre.

Qué vehículos podrían verse afectados, incluidas etiquetas B y C de la DGT en las Zonas de Bajas Emisiones

La norma habilita recargos en las ZBE a los coches que más contaminan. Según se ha trasladado, estos recargos podrían alcanzar también a los vehículos con etiqueta B y C, con el objetivo de desincentivar su uso y favorecer a los ECO y Cero Emisiones. A fin de año, más de 150 ciudades contarán con una ZBE, de modo que el alcance potencial es notable. ¿Tienes etiqueta C y entras a diario en zona regulada? Conviene estar atento.

¿Cómo y dónde se aplicarán las tasas en las Zonas de Bajas Emisiones, y qué margen tendrán los ayuntamientos? No será una tasa obligatoria ni automática. Cada ayuntamiento decidirá si la aplica, con qué criterios y en qué franjas horarias, siempre mediante sus ordenanzas municipales y fiscales. Además, estas tasas podrán sumarse a otras restricciones vigentes y activarse en episodios de alta contaminación. En plata: cada ciudad marcará las reglas del juego.

Antes de entrar en detalles, aquí tienes un esquema práctico para situarte:

AspectoQué significa
Quién decideCada ayuntamiento, a través de sus ordenanzas municipales y fiscales.
Dónde se aplicaEn las Zonas de Bajas Emisiones de cada municipio.
Vehículos afectadosLos más contaminantes; podrían incluir B y C donde ya hay restricciones.
Criterio orientativoSegún emisiones o etiqueta ambiental determinada localmente.
Cuándo podría activarseTras la aprobación definitiva y publicación de las ordenanzas.
Relación con otras medidasCompatible y acumulable con restricciones ya existentes.

En la práctica, esto supone una nueva herramienta de gestión de accesos y circulación que puede usarse de forma general o limitada a ciertas horas. ¿Se convertirá en un coste habitual para entrar al centro? Dependerá de lo que apruebe cada pleno municipal.

Claves de la ley: revisión de etiquetas DGT, plan Renove y más puntos de recarga obligatorios

Además de las tasas, el acuerdo incorpora otras medidas que te interesan en el día a día:

  • Revisión en un máximo de 12 meses de las etiquetas medioambientales de la DGT.
  • Impulso a un nuevo plan Renove para fomentar la compra de vehículos ecológicos.
  • Obligación de mejorar y multiplicar los puntos de carga para eléctricos.
  • Objetivo doble: incentivar tecnologías limpias y desincentivar las más contaminantes.
  • Impacto probable en coches diésel y gasolina con más de 10 años en circulación.

En paralelo, estas herramientas fiscales pueden convivir con sanciones y limitaciones ya activas en muchas ciudades. De ahí que algunos ayuntamientos las vean como instrumento de gestión… y otros, quizá, como nueva vía de recaudación. Ojo: cada municipio decidirá si la usa y cómo.

Conclusión. La Ley de Movilidad Sostenible deja el marco listo para que los consistorios apliquen tasas en ZBE a vehículos más contaminantes, incluso con etiqueta B y C. El “cuándo” y el “cuánto” lo marcará cada ciudad en sus ordenanzas. Toca seguir de cerca las decisiones locales y valorar alternativas: ¿cambio de vehículo, transporte público o combinar ambas opciones?

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