¿Te has llevado un susto al ver un código QR pegado en el parabrisas? ¿Te ha llegado un SMS “urgente” de la DGT pidiéndote que pagues ya mismo? Tranquilo, respira y guarda la cartera.
El abogado Juan Manuel Medina, invitado al programa Más Vale Tarde, ha explicado con toda claridad que esas prisas suelen ser puro timo. Hasta que la sanción no llegue oficialmente a tu buzón, la multa vale exactamente 0 euros y tú no tienes obligación alguna de pagarla. De hecho, apresurarse a liquidarla puede salir más caro que la propia infracción. Así que, antes de escanear nada, conviene saber cómo funciona realmente el proceso.
¿Por qué la “receta” en el parabrisas no te obliga a rascarte el bolsillo?
En palabras de Medina, el papel que el agente deja sobre el coche es solo un boletín de denuncia: una especie de aviso previo sin efectos legales inmediatos. Hasta que la Administración competente no te notifique en tu domicilio, la multa no existe de forma oficial y, por tanto, no es exigible. Por consiguiente, cualquier método de cobro adelantado, sea QR, Bizum, SMS o correo electrónico, queda automáticamente fuera de juego.
Además, ni los ayuntamientos ni la Dirección General de Tráfico utilizan esos canales para recaudar. Su procedimiento estándar pasa siempre por la notificación postal certificada. Así que, si alguien te apremia a pagar antes de que el cartero haga su parte, lo más probable es que esté intentando vaciarte la cuenta.
Pasos para no caer en la trampa de las “multas fantasma”
Antes de entrar en pánico y entregar tus datos bancarios, sigue esta guía rápida.
- Comprueba el buzón físico: sin carta oficial, la multa no está en vigor.
- Ignora enlaces y códigos QR: la DGT no cobra a través de ellos.
- Contrasta la información: llama al organismo emisor si te queda duda.
- No adelantes ni un céntimo: hasta la notificación, el importe exigible es 0 euros.
En definitiva, tomarte cinco minutos para verificar la fuente puede ahorrarte un disgusto y, de paso, un buen pellizco de tu saldo.
¿Qué hacer cuando la notificación llegue de verdad?
Una vez recibas la carta oficial en casa, el panorama cambia. A partir de ahí sí dispones de un plazo concreto para pagar con descuento o presentar alegaciones, siempre por los cauces indicados en el propio documento. Medina recuerda que estos trámites se gestionan exclusivamente a través de las oficinas o las plataformas electrónicas oficiales, nunca mediante enlaces improvisados ni aplicaciones de mensajería.
De ahí que su recomendación final sea clara: lectura atenta, comprobación de datos y, si algo no cuadra, consulta a un profesional antes de mover un solo euro. Porque pagar deprisa puede parecer cómodo, pero pagar correctamente (y solo cuando toca) sigue siendo la mejor forma de cuidar tu bolsillo y tu paz mental.