De los 65 años a los 71, así podría evolucionar la edad de jubilación si no se corrigen los problemas del sistema actual

Un informe de la Fundación BBVA e Ivie alerta de que quienes se jubilen en 2065, con carreras de cotización más cortas, necesitarán alargar su vida laboral para mantener el poder adquisitivo de un pensionista actual.

La posibilidad de retrasar la jubilación hasta los 71 años vuelve a encender el debate sobre la sostenibilidad de las pensiones. El estudio señala que los nuevos trabajadores, si solo reúnen 30 años de cotización, deberán prolongar su carrera para cobrar una prestación similar a la actual. ¿Qué factores empujan a este escenario y cómo responde la Seguridad Social?

Por qué el nuevo estudio de la Fundación BBVA agita el debate juvenil sobre la edad de jubilación ordinaria

Las reformas de los últimos 15 años ya adelantaban el reto. La Ley 27/2011 marcó la meta en 67 años para 2027 cuando no se alcance una larga cotización, mientras que la «reforma Escrivá», en 2023, penaliza las salidas anticipadas y premia las demoradas. Ahora, el informe de BBVA e Ivie pone números a la preocupación: quienes entren hoy en el mercado laboral y tarden en estabilizarse deberán cotizar hasta los 71 años para igualar la pensión de un jubilado medio actual.

En la calle, la reacción ha sido inmediata. Una trabajadora, entrevistada por Antena 3, lo resumía sin tapujos: «Nos parece un despropósito tener que estar trabajando hasta los 71 años». Otra iba aún más lejos, dudando de que exista pensión en el futuro. ¿Exageración o llamada de atención legítima? Lo cierto es que la combinación de acceso tardío al empleo, trayectorias laborales intermitentes y salarios ajustados dificulta reunir suficientes cotizaciones.

Requisitos y condiciones que obligarían a trabajar hasta los 71 años de edad para asegurar una pensión equiparable a la actual

Antes de llevarse las manos a la cabeza, conviene repasar los motivos que, según el estudio, alargan la vida laboral:

  • Entrada tardía al primer empleo, interrupciones por desempleo o temporalidad, y remuneraciones que limitan la base de cotización.

A mayor fragilidad laboral, mayor riesgo de pensión reducida. De ahí que el informe insista en sumar años para no perder poder adquisitivo. Además, la edad legal seguirá subiendo gradualmente hasta los 67 años, salvo carreras largas. Si se confirman las previsiones de cotizaciones más cortas, el desfase se cubriría prolongando la actividad otros cuatro años.

Medidas gubernamentales y dudas sobre la sostenibilidad futura de las pensiones públicas frente a deuda y fondo de reserva menguante

El revuelo obligó a la ministra de Seguridad Social a intervenir: «No, los jóvenes no se van a jubilar con 71 años», escribió en LinkedIn, destacando el récord de 21,9 millones de afiliados y la creación de 465.000 empleos en un año. Sin embargo, el sistema arrastra una deuda de 126 000 millones con el Estado y una hucha de las pensiones que llegó a 67.000 millones y hoy apenas supera los 10 000 millones.

A continuación, los principales indicadores que explican la preocupación actual:

Indicador claveValor actualContexto destacado
Afiliados21,9 millonesMáximo histórico tras sumar 465 000 altas en un año
Deuda Seguridad Social126 000 M€Préstamos acumulados sin devolver desde hace décadas
Fondo de reserva>10 000 M€Llegó a 67 000 M€; se vació para pagar extras y apenas se recupera

Con estos datos, la pregunta cae por su propio peso: ¿habrá que tomar nuevas medidas si la esperanza de vida sigue aumentando y, con ella, el número de pensionistas? Por ahora, el Ejecutivo apuesta por incentivar el retraso voluntario y mejorar la base de cotización de los jóvenes, pero la conversación sobre ajustar de nuevo la edad legal no se apaga, sobre todo cuando la caja depende cada vez más de las cotizaciones de hoy para pagar las pensiones de mañana.

En definitiva, el informe BBVA–Ivie no dicta sentencia, pero sí lanza una señal de alarma que trabajadores y administración no pueden ignorar. Toca pensar en carreras laborales más continuas, mejorar salarios y, sobre todo, reforzar la hucha que paga cada mes, la paga de los jubilados. Porque, admitámoslo, nadie quiere llegar a los 71 con la incertidumbre de no saber si cobrará una pensión digna.

Deja un comentario