Confirmado por el IRS: Estados Unidos pone la lupa sobre estos perfiles tras el cierre fiscal

Los contribuyentes con deducciones sospechosas o gastos inflados están ahora en el punto de mira de la agencia tributaria

Una vez cerrado el plazo oficial para presentar la declaración de impuestos, el pasado 15 de abril, el Internal Revenue Service (IRS) ha comenzado a desplegar una nueva oleada de auditorías dirigidas a detectar posibles fraudes fiscales e irregularidades graves. El foco está puesto especialmente en quienes declararon deducciones desproporcionadas, créditos fiscales indebidos o gastos sin respaldo documental suficiente.

El objetivo de la agencia es claro: verificar que la información presentada por los contribuyentes refleje con exactitud su situación económica real y se ajuste a la normativa vigente. Según han informado diversos medios locales, esta campaña del IRS representa un refuerzo en los controles habituales y se centra, en particular, en ciertos perfiles que ya han mostrado tendencias problemáticas en ejercicios anteriores.

¿Quiénes tienen más probabilidades de ser auditados?

Aunque en principio cualquier declaración puede ser objeto de revisión, hay ciertos perfiles que el IRS observa con especial atención:

  • Trabajadores por cuenta propia que presentan gastos deducibles inusualmente elevados o que no guardan una relación razonable con sus ingresos declarados.
  • Contribuyentes que utilizan la deducción por oficina en casa de forma exagerada, con cifras que exceden lo habitual según su tipo de actividad profesional.
  • Personas que declaran gastos no ordinarios o difíciles de justificar dentro del marco de su sector económico.

Además, se está revisando con más detalle a quienes intentan reducir su base imponible declarando costes operativos inflados sin contar con la documentación correspondiente. En todos los casos, la falta de justificación puede derivar en sanciones económicas, ajustes impositivos o, en situaciones más graves, en acciones legales.

¿Qué pasa si detectan errores?

Cuando el IRS identifica posibles irregularidades, inicia un procedimiento de auditoría. Este puede ser presencial o remoto, y se notifica formalmente al contribuyente. A partir de ese momento, la persona afectada deberá presentar todos los documentos necesarios que respalden lo declarado.

Responder dentro del plazo establecido es fundamental. No hacerlo o entregar documentación incompleta puede llevar a consecuencias directas, que van desde multas económicas hasta sanciones más severas si se confirma la existencia de fraude.

Desde la agencia recuerdan que, más allá de la automatización de ciertos procesos, las auditorías se diseñan para garantizar la equidad en el sistema fiscal. Y en un contexto de creciente digitalización, las herramientas de análisis de datos permiten detectar patrones sospechosos con mayor eficacia que en años anteriores.

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