La vecina de Pedrajas de San Esteban puso de nuevo en marcha en diciembre de 2024 el Bar La Alameda, único establecimiento abierto en este municipio vallisoletano de 101 habitantes, para devolver un servicio básico al pueblo.
En un local de 70 metros cuadrados, Yolanda Rodríguez Pérez atiende sola y ha convertido el bar en un punto de encuentro “acogedor” donde, dice, todos “parecen una familia”. ¿Puede un pequeño negocio sostener la vida social de un pueblo? Aquí, la respuesta se sirve a pie de barra.
Quién es Yolanda y por qué reabre el bar La Alameda en Brahojos de Medina, Valladolid
Yolanda, de 53 años, casada y con hijos, se define como alguien alegre y perseverante: “cuando algo se me mete en la cabeza, es mejor arrancármela que sacarme la idea”. Nació en Pedrajas de San Esteban y ya tuvo un bar años atrás. Buscaba volver a emprender y encontró su oportunidad en Brahojos de Medina, donde asegura que la han tratado “como si fueran de allí de toda la vida”.
Soñó con ser maestra, pero la necesidad apremiaba. “Es primordial poder ayudar a tu familia a que salga adelante”, recuerda. Eran otros tiempos; el impulso por trabajar pesó más que los estudios. ¿Arrepentimientos? Ninguno: hoy su reto es mantener vivo el único bar del pueblo.
Fechas, lugar y razones económicas que explican la reapertura del único bar del pueblo
La Alameda reabrió en diciembre de 2024. Estaba cerrado y los vecinos pedían su regreso, porque “un pueblo sin bar no parece un pueblo”. Es el único establecimiento hostelero abierto y se sitúa a la entrada de la localidad, junto a un recinto con álamos, mesas y césped: de ahí su nombre.
Antes de seguir, estos son los datos clave del negocio en un vistazo:
| Dato | Contenido |
|---|---|
| Población del municipio | 101 habitantes |
| Fecha de reapertura | Diciembre de 2024 |
| Nombre del bar | La Alameda |
| Situación | Entrada del pueblo, junto a álamos, mesas y césped |
| Superficie del local | 70 m² |
| Empleo | Yolanda trabaja sola |
Este resumen ayuda a entender la escala del proyecto: pequeño en metros, grande en función social. Por eso, cada detalle cuenta para cuadrar números y mantener la puerta abierta.
Cómo funciona el bar y qué servicios ofrece a los vecinos como punto de encuentro social
El local es sencillo y cálido. Se puede tomar un refresco o una cerveza y, de forma puntual, se organizan fiestas con flamenco o con algún DJ; también tienen su hueco las parrilladas. “En vez de parecer camarera y clientes, somos una familia”, resume Yolanda. ¿Qué se encuentra quien entra por primera vez?
- Bebidas y ambiente cercano, reuniones para “echar la partida”, fiestas puntuales con flamenco o DJ y parrilladas que reúnen a vecinos de todas las edades.
Ese mix mantiene movimiento y conversación. En un municipio pequeño, el bar no es solo consumo: es compañía, risas y noticias del día.
Dificultades de la hostelería rural y objetivos de Yolanda para mantener el negocio abierto
No todo es fácil. “Se hace complicado” sacar adelante un bar en el medio rural: hay días mejores y peores, y “la hostelería es así”. Los gastos aprietan: bebidas, proveedores, cuotas de autónomos y demás obligaciones. De ahí su frase más directa: “Nos fríen a gastos para ganar 1.000 euros al mes”. ¿Compensa? Para Yolanda, el apoyo del pueblo y la ilusión inclinan la balanza.
Mira al futuro con los pies en el suelo: “hay que seguir adelante luchando para que sea lo mejor que pueda”, insiste. Su objetivo es claro: mantener La Alameda abierta, programar más actividades y no perder la chispa que le ha dado la gente de Brahojos. Porque, en definitiva, el bar sostiene algo más que su propia caja: sostiene la vida del pueblo.
