Científicos chinos excavan hacia una “cápsula del tiempo” escondida bajo kilómetros de roca

¿Te imaginas bajar diez kilómetros bajo tus pies para leer las páginas más antiguas de la Tierra? Confieso que, cuando leí que China ya ha empezado a perforar un pozo de 10.000 metros en pleno desierto de Tarim, se me activó la misma curiosidad infantil que sentía al abrir un libro de geología en la escuela. ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Qué esperan encontrar donde nadie ha llegado antes? Vamos paso a paso.

La cuenca del Tarim, en la provincia china de Xinjiang, no solo es un mar de arena y vientos extremos. Bajo esa superficie, ingenieros de la Corporación Nacional de Petróleo de China han comenzado a taladrar con la mirada puesta en el sistema geológico del Cretácico, estratos que datan de hace 145 millones de años. Y sí, lo harán a lo grande: 11.000 metros de objetivo, casi al nivel del récord del Pozo Superprofundo de Kola.

¿Por qué adentrarse en el Cretácico?

Los científicos, respaldados por la agencia Xinhua, buscan atravesar más de diez capas de roca continental para abrir una “cápsula del tiempo” subterránea. Allí podrían quedar registradas las huellas de movimientos tectónicos, cambios climáticos y la formación de yacimientos de petróleo y gas. Me parece fascinante pensar que, a esa profundidad, los sedimentos funcionan como diarios personales del planeta.

Tarim ya es famosa por sus reservas de crudo. No sorprende que Sinopec reportará recientemente flujos a 8.500 metros. Perforar aún más hondo podría destapar recursos no explotados y, de paso, ofrecer datos finos para predecir terremotos y optimizar la gestión energética. Wang Chunsheng, citado por medios locales, lo resume como un intento valiente de “explorar territorio desconocido”.

Desafíos de ingeniería al rojo vivo

Perforar no es solo cuestión de tiempo; es un pulso contra la física. Dentro del pozo se esperan 200 °C y una presión hasta 1.300 veces la de la superficie. Sun Jinsheng, geocientífico de la Academia China de Ingeniería, lanzó una comparación que todavía me hace sonreír: “La dificultad se parece a la de un gran camión que circula sobre dos delgados cables de acero”. Más de 2.000 toneladas de maquinaria deberán resistir tensiones y rocas que se deforman como mantequilla caliente.

La perforación forma parte de la estrategia lanzada por el presidente Xi Jinping para impulsar tecnologías punteras, tanto espaciales como “profundamente terrestres”. Mientras China recoge muestras lunares y planea misiones a Marte, este pozo recuerda que el conocimiento también se busca hacia abajo, no solo hacia las estrellas. El cronograma marca finales de 2025 como fecha clave para ver hasta dónde llegan.

¿Te sumas a mirar bajo nuestros pies?

Personalmente, me intriga saber si hallarán fósiles microscópicos, agua atrapada o algo que hoy ni siquiera imaginamos, como ocurrió en el proyecto soviético de Kola. ¿Y a ti?

¿Crees que vale la pena perforar tan hondo por ciencia y energía, o preferirías que invirtiéramos esos recursos en otras fronteras? Comparte tu opinión y continuemos la conversación: al fin y al cabo, la curiosidad también nos conecta en la superficie.

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