Dicen que un piso limpio despeja la mente, pero lo que nadie te cuenta es lo complicado que puede ser dar con la herramienta adecuada cuando cruzas la frontera. Seguro que tú también has confiado mil veces en la clásica fregona española sin pensar demasiado en su origen. Ahora imagina llegar a tu nuevo hogar nórdico, abrir el armario de la limpieza y descubrir que ese invento patrio brilla… por su ausencia.
Así le ha pasado a la tiktoker @carlanebulosa, una española afincada en Noruega que ha convertido su primer choque doméstico en tema de conversación viral. Su historia nos recuerda que, aunque el ingenio riojano de Manuel Jalón Corominas revolucionó nuestros suelos entre 1957 y 1964, más allá de los fiordos, la mopa manda. Y, por cierto, encontrar una fregona en Oslo no es tarea tan sencilla como añadirla al carrito del súper.
¿Qué tiene de especial la fregona “made in Spain”?
La fregona no nació ayer. Entre 1957 y 1964, el ingeniero riojano Manuel Jalón Corominas perfeccionó un sistema que ya habían tanteado Julia Montousse y su hija Julia Rodríguez en 1953: un palo, un cubo y un sistema de escurrido que evitaba agacharse cada dos por tres. Este invento se coló en los armarios de media Europa y redujo dolores de espalda a golpe de escurridor. Desde entonces, forma parte de esa lista de ingenios españoles igualmente cotidianos y asombrosos, donde encontramos la grapadora o la calculadora.
No obstante, salir de España y pretender que la fregona sea universal puede generar sorpresa. En Noruega, sin ir más lejos, la alternativa preferida es la mopa: un paño rectangular que se humedece con unas gotas de jabón y se desliza por el suelo sin cubos de por medio. Parece la misma función, pero cambia el ritual y, ay, también la logística de compra.
¿Por qué en Noruega la mopa hace sombra a la fregona?
Carla, que comparte su día a día en TikTok, confiesa que no esperaba echar de menos el “escurre–escurre” tradicional. Al llegar a los pasillos de limpieza de su supermercado habitual, sencillamente no encontró la fregona de toda la vida. Solo localizó algo parecido en Rusta, una tienda tipo Ikea que tiene cerca de casa. La escena suena mínima, pero ha desatado un debate online: unos aplauden el método nórdico por ser más higiénico si convives con mascotas o alergias; otros se llevan las manos a la cabeza al pensar en fregar sin el colchón de tiras de algodón.
Antes de que te aventures a buscar tu fregona española por los fiordos, conviene tener claras unas direcciones y trucos básicos que Carla ya ha puesto a prueba:
- Rusta es, de momento, la apuesta más fiable si quieres una fregona clásica en Noruega; en los supermercados estándar apenas hallarás modelos y suelen agotarse enseguida.
La mopa se humedece con un chorrito de jabón y agua del grifo, se coloca directamente en el suelo y listo: se limpia deslizando la base alargada sin escurridores de por medio. Por otro lado, si optas por la fregona, guarda sitio en la maleta o ve directo a Rusta para ahorrarte vueltas.
En consecuencia, lleva recambios de cabezal desde España, porque allí no abundan y suelen ser más caros. Posteriormente, valora la frecuencia de lavado: con mascotas, la mopa húmeda puede resultar incluso más cómoda. Y recuerda: más allá del método elegido, el objetivo es el mismo: suelo limpio y sin dramas. Porque, en el fondo, la batalla entre fregona y mopa se resume en una verdad cotidiana: cada casa tiene su truco y cada país, su propio baile con la limpieza.