Una moneda de un centavo que vale más que un coche de lujo: 130.000 dólares por este insólito error conocido como «mula»

Un centavo de 1999 con un error de acuñación llamado “mula” puede alcanzar los 130.000 dólares en el mercado numismático

Aunque su valor facial sea de apenas un céntimo de dólar, esta moneda de 1999 puede llegar a cotizarse en más de 120.000 euros en el mercado de coleccionismo. El motivo no tiene que ver con un metal raro ni con una tirada limitada, sino con un error de acuñación extremadamente inusual, conocido entre los expertos como error de mula. Una anomalía tan poco frecuente que, según los registros numismáticos, solo se han detectado una veintena de casos similares en toda la historia de la moneda estadounidense.

El ejemplar en cuestión pertenece a la serie del centavo Lincoln, una de las más longevas del sistema monetario de Estados Unidos. Sin embargo, esta versión de 1999 es todo menos ordinaria: su anverso muestra el rostro de Abraham Lincoln, como cabría esperar, pero su reverso presenta el diseño del dime, la moneda de diez centavos, donde figura el busto de Franklin D. Roosevelt rodeado por una antorcha, una rama de olivo y otra de roble. Una combinación imposible que nunca debería haberse producido, pero que llegó a las calles por error.

Un fallo técnico que genera una fortuna

Este tipo de error se conoce como mula, y se produce cuando una moneda es acuñada usando los troqueles de dos denominaciones diferentes. En este caso, el error consiste en usar la matriz del centavo para una cara y la del dime para la otra. Una equivocación de este tipo requiere que dos piezas distintas del proceso de producción fallen a la vez, por lo que es uno de los errores más improbables que puede ocurrir en una ceca.

Según el sistema de certificación estadounidense PCGS (Professional Coin Grading Service), solo existen alrededor de 20 monedas con errores de mula registrados en el país, lo que eleva enormemente su valor para los coleccionistas. En subastas especializadas, el centavo de 1999 ha llegado a venderse por cifras que oscilan entre los 25.000 y los 130.000 dólares, dependiendo del estado de conservación y de su certificación oficial.

Una pieza común con una historia extraordinaria

Más allá del error, la moneda no tiene nada que la haga especial a simple vista. Pesa apenas 2,5 gramos, mide 19 milímetros y está hecha de zinc recubierto de cobre, como todos los centavos de la época. Fue acuñada en la ceca de Filadelfia, que no incluye marca visible. Lo que la convierte en una pieza de museo es, precisamente, que nunca debió salir de fábrica.

El hecho de que se haya encontrado en circulación ha alimentado las esperanzas de muchos aficionados, que revisan ahora sus cajones, botes de cambio y carteras en busca de un centavo que podría cambiarles la vida. Porque aunque parezca mentira, la posibilidad de dar con una de estas mulas sigue siendo real, ya que algunas podrían haber pasado inadvertidas durante años.

¿La moraleja? A veces, los errores también tienen premio. Y en el mundo de la numismática, una simple equivocación puede valer más que todo un salario anual.

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