Un estudio revela que la gabapentina podría elevar hasta en un 85% el riesgo de sufrir deterioro cognitivo moderado

¿Se te olvida a veces dónde dejaste las llaves o qué ibas a coger de la nevera? No pasa nada, la cabeza va a mil. Pero imagina que ese despiste no es puntual, sino la factura inesperada de un fármaco muy recetado: la gabapentina. Un nuevo estudio ha levantado la ceja a más de uno al avisar de que este medicamento, tan habitual contra el dolor lumbar o la ansiedad, podría disparar el riesgo de deterioro cognitivo hasta un 85 %.

Los resultados señalan sobre todo a los pacientes más jóvenes, esos que confían en la pastilla para seguir rindiendo en el trabajo o en el gimnasio. Y lo hacen justo cuando creíamos que lo peor de la gabapentina eran los mareos o la boca seca.

¿Qué revelan los números más llamativos?

El análisis apunta que quienes acumulan seis o más prescripciones de gabapentina presentan un 29 % más de probabilidades de desarrollar demencia y, lo que preocupa aún más, un 85 % más de probabilidades de sufrir deterioro cognitivo moderado.

Si se mira la lupa por edades, los autores observaron que el riesgo de demencia se duplica en adultos de 35 a 49 años, mientras que la posibilidad de deterioro cognitivo llega a ser tres veces mayor en ese mismo grupo.

¿Cómo se diseñó el estudio?

Para llegar a estas conclusiones, el equipo revisó los historiales de más de 26.000 adultos registrados en la red federada TriNetX. Todos ellos tenían diagnosticado dolor crónico, síndrome de dolor crónico, radiculopatía lumbar o dolor lumbar crónico, y se dividieron en tramos de edad: de 18 a 34, 35 a 49, 50 a 64 y 65 o más años.

Posteriormente, cada participante fue seguido durante 10 años para comprobar cuántos terminaban con un diagnóstico de alzhéimer, demencia vascular o deterioro cognitivo moderado. El patrón se repitió: a más recetas de gabapentina, más posibilidades de despiste serio.

¿Por qué preocupa especialmente a los adultos de 35 a 49 años?

A esa edad, el deterioro cognitivo no suele estar en el radar médico y, de hecho, muchos pacientes activos asumen que “lo de la demencia” es cosa de sus abuelos. Sin embargo, el estudio señala que el combo de dolor lumbar crónico y gabapentina puede jugar una mala pasada a este colectivo, duplicando la posibilidad de acabar con un diagnóstico que cambie su rutina laboral y familiar.

Además, el hecho de que el tratamiento se prolongue, seis recetas equivalen a varios meses de uso, agrava el riesgo justo en la fase vital donde la multitarea (trabajo, hijos, hipoteca) está al rojo vivo.

Pasos si estás tomando gabapentina

Antes de que cunda el pánico, conviene recordar que los investigadores no hablan de causalidad cerrada, sino de un aviso a navegantes. Para curarte en salud, los expertos recomiendan cuatro gestos muy sencillos:

  • Pide a tu médico un test cognitivo básico cada año.
  • Anota cualquier despiste persistente y coméntaselo en la próxima consulta.
  • Pregunta si existe una alternativa al fármaco si solo lo usas para el dolor lumbar.
  • Evita automedicarte y respeta la pauta: a partir de seis recetas, la señal de alarma se enciende.

Cumplir estas pautas te ayudará a detectar a tiempo cualquier problema de memoria y, sobre todo, a decidir con tu médico si la gabapentina sigue siendo la mejor compañera de viaje o toca cambiar de camino.

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