La cuestión ambiental es una de las que más preocupa a la Unión Europea. Por ello, la UE tiene una de las normativas medioambientales más estrictas del mundo. Sus objetivos principales son proteger, conservar y mejorar el capital natural de los países miembros, proteger a los ciudadanos de la UE de los riesgos medioambientales que puedan afectar a su salud y bienestar y convertidor a la Unión Europea en una potencia económica de bajas emisiones.
Se trabaja desde varias áreas y frentes para proteger también las especies amenazadas de las zonas naturales y conseguir una mejor calidad del aire. Este crecimiento ecológico es uno de los ejes centrales de sus políticas para garantizar que el crecimiento económico en Europa vaya acompañando a un medioambiente sostenible.
El Pacto Verde Europeo y la prohibición de vender estos coches
El Pacto Verde Europeo es la estrategia que pretende crear una Europa más limpia y saludable, transformando nuestra forma de producir y consumir. Se estableció en 2019 y se trata de un paquete de medidas e iniciativas políticas que persiguen una transición ideológica con un objetivo claro: la neutralidad climática para 2050. Dentro de este Pacto Verde Europeo es donde se insertan las acciones dirigidas a reducir las emisiones de carbono en la Unión Europea.
Una de las políticas para reducir emisiones que más polémica está generando es la de prohibir la venta de coches de motores de combustión a partir de 2035 y de su circulación para 2050. Según la UE, los coches y furgonetas producen el 15% de las emisiones de CO₂ del continente. Esta legislación es un paso más en el camino para alcanzar el objetivo de cero emisiones de gases por parte de los turismos. De hecho, para 2030, se estima que esta reducción sea de un 55% para los coches y un 50% para las furgonetas.
¿Es una posibilidad real esta normativa?
Sin embargo, a pesar de estas buenas predicciones, hay gobiernos y expertos que aseguran que esta normativa tendrá una difícil aplicación real. Actualmente, las ventas de coches eléctricos en Europa son muy bajas. Aunque se ha incrementado en los últimos años, sigue sin ser un porcentaje tan elevado como para pensar que en solo 10 años, los coches de motores de combustión no se podrán vender dentro de la Unión Europea y que para 2050 dejarán de circular.
Hace un par de años y gracias a la presión de Alemania, se consiguió que dentro de esta norma pueda haber una excepción y es que se puedan adquirir coches movidos por combustibles de laboratorio producidos a partir de residuos orgánicos y que reducen así las emisiones de CO2 al mínimo. Por lo tanto, aunque se augura un futuro en el que solo existan vehículos eléctricos, será a través de una implantación más progresiva tanto en el mercado como para las normas de circulación.
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