Si tienes que comprar o instalar una caldera en tu casa en 2025, entonces solo podrás optar a ayudas en función de las tecnologías empleadas porque la Unión Europea continúa con su objetivo de acabar con las calderas de combustibles fósiles típicas de los hogares y aunque la fecha límite para llevar esto a cabo se sitúa entre los años 2035 y 2040 será este año 2025 cuando la situación avance un poco más.
Llegan, pues, cambios para las calderas de gas natural, carbón o gasóleo, puesto que el objetivo es reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero, según la agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de la Unión Europea y el Acuerdo de París. El viejo continente se ha puesto de acuerdo en la eliminación de estos sistemas de calefacción fósiles en favor de otros más sostenibles y eficientes, tal y como se recoge en el documento de la Unión Europea.
A partir del 2025, sin ayudas
La primera fecha marcada a rojo en el calendario de la UE es 2025, año a partir del cual las ayudas a los sistemas de calefacción mediante combustibles fósiles estarán prohibidas. En pocas palabras, ya podrás contar con subvenciones para comprar e instalar una nueva si emplea esta tecnología.
Si ya tienes una caldera de gas, carbón o gasoil en casa en pleno funcionamiento podrá seguir operando con normalidad. Es decir, no tendrás que retirarla, ya que se trata de una sustitución progresiva y la normativa está centrada en edificios de nueva construcción.
Cuando tu caldera se estropee ya no dispondrás de incentivos financieros para cambiarla por otra de combustible fósil, incluso aunque se trate de un modelo más eficiente como las de condensación. En su lugar, se sustituirá por otra caldera con otro sistema más moderno y eficiente.
Los documentos de la UE apuestan principalmente por las bombas de calor y tecnologías basadas en las energías renovables. Estas ayudas estarán disponibles para sistemas de calefacción híbridos, los que combinan una caldera con una instalación solar térmica o una bomba de calor.
Consumo energético excesivo
Según la Comisión Europea, los edificios en los Estados miembros son responsables del 40% del consumo energético total y contribuyen con el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto convierte a la edificación en un sector clave para la descarbonización de la economía europea.
¿A quiénes afectan estos cambios?
Si ya tienes una caldera de gas, carbón o gasoil en casa en pleno funcionamiento, podrá seguir operando con normalidad. La retirada se contempla como una sustitución progresiva. Sin embargo, este nuevo año, las ayudas a los sistemas de calefacción mediante combustibles fósiles estarán prohibidas.
Esto quiere decir que, cuando la caldera se estropee, ya no habrá incentivos financieros para cambiarla por otra de combustible fósil, incluso aunque se trate de un modelo más eficiente como las de condensación. En su lugar, lo suyo será sustituirla por otra caldera con otro sistema más moderno y eficiente.
Además, a partir de 2030, todos los edificios nuevos en la Unión Europea deberán contar con sistemas de calefacción sostenibles. La instalación de calderas de gas quedará prohibida para nuevas construcciones, lo que promoverá la adopción de tecnologías como la aerotermia.
Finalmente, para 2040, las calderas de gas deberán haber desaparecido de todos los edificios en Europa. Los Estados miembros estarán obligados a reemplazarlas por sistemas alternativos como las bombas de calor, asegurando una transición completa hacia la descarbonización.
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