La justicia declara improcedente el despido de un trabajador de baja laboral que fue visto cenando mientras atravesaba un duelo familiar

David Jenkins pidió no acudir a su puesto tras la muerte de una familiar. Horas después, cenó con su pareja y vio fuegos artificiales. Su empresa lo despidió; la Fair Work Commission ha declarado el despido improcedente y exige su reincorporación y el abono de 33.798 dólares australianos (unos 20.400 euros).

El caso ha ocurrido en el puerto de Port Kembla (Nueva Gales del Sur, Australia). Jenkins, empleado de Qube, solicitó el 26 de enero una baja personal por duelo. Esa misma tarde, ya abatido, aceptó salir a cenar al restaurante Lagoon Seafood y allí se cruzó con su jefe, Bernie Ryan, que incluso rechazó saludarle. ¿Qué pasó después? Una investigación interna, suspensión con sueldo y, finalmente, despido. La Comisión ha tumbado la decisión.

Qué decidió la Fair Work Commission y por qué declara el despido improcedente

La resolución, comunicada pocas horas antes, rechaza la versión empresarial y da la razón al trabajador. El tribunal entiende que, tras acompañar a su familia durante el día, Jenkins no estaba en condiciones de realizar su labor, conducir vehículos pesados, por la concentración y el riesgo que implica. De hecho, subraya una diferencia esencial: no es lo mismo un corto desplazamiento en coche que una jornada completa operando maquinaria. En palabras del fallo, acudir al turno de las 16:00 “habría supuesto un riesgo para su seguridad y la de los demás”.

Además, la Comisión remarca que la política interna no prohíbe realizar actividades sociales ligeras durante una baja por duelo. Ir a cenar brevemente o asistir a un espectáculo, como los fuegos artificiales del Día de Australia, no desvirtúa el motivo de la licencia si no hay incapacidad física incompatible.

Fechas clave y organismos que intervinieron en la investigación, suspensión y despido

Para entender el recorrido del expediente, conviene repasar los hitos. La empresa abrió una investigación, la elevó a falta grave y, finalmente, comunicó el despido. ¿Cuándo ocurrió cada cosa y quién intervino?

A continuación, el cronograma con los momentos principales del caso:

FechaHecho
26 de eneroJenkins solicita baja por duelo tras el fallecimiento de una tía.
Misma tardeCena en Lagoon Seafood; se cruza con su jefe, que rechaza el saludo.
28 de eneroQube le abre investigación por “conducta inaceptable” y lo suspende con salario.
29 de eneroLa empresa eleva la acusación a falta grave por uso indebido de la licencia.
7 de marzoComunicación formal del despido por parte de Qube.
ResoluciónLa Fair Work Commission declara el despido improcedente, ordena readmisión y el pago de 33.798 AUD (unos 20.400 euros) en salarios dejados de percibir.

Este recorrido evidencia que el organismo australiano competente, la Fair Work Commission, ha corregido la actuación empresarial al valorar las pruebas y el contexto emocional del trabajador.

Cómo afecta esta resolución a trabajadores de baja por duelo y empresas

¿Qué implica el fallo para quienes atraviesan una pérdida y para las compañías? Más allá de este caso, la resolución deja varias claves prácticas extraídas de los hechos probados y del propio pronunciamiento:

  • La baja por duelo no impide actividades sociales leves si no chocan con su naturaleza y no existe una incapacidad física incompatible.
  • Conducir puntualmente y operar maquinaria pesada durante horas son realidades distintas en términos de riesgo y exigencia.
  • Es relevante seguir las políticas internas al solicitar la licencia y dejar constancia del motivo (duelo en este caso).
  • La readmisión y el abono de salarios (33.798 AUD, unos 20.400 euros) evidencian las consecuencias de un despido sin base suficiente.

Como se ve, el tribunal pondera el equilibrio entre cuidado emocional y responsabilidades laborales. ¿Te imaginas tener que manejar equipos pesados tras un día de duelo? La respuesta orienta el sentido del fallo: preservar la seguridad y reconocer que el bienestar psicológico influye en la aptitud para trabajar.

En definitiva, Jenkins recuperará su puesto en Port Kembla y cobrará lo dejado de percibir. La empresa, por su parte, recibe un aviso claro: no basta con ver a un trabajador cenando para deslegitimar una baja por duelo. Importa el contexto, la política interna y, sobre todo, el riesgo real de la tarea.

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