A veces las grandes historias empiezan con una idea sencilla: vender combustible barato con mucha tecnología y pocos intermediarios. Manuel Santiago (Jaén, 1968) lo hizo y hoy su marca, Petroprix, supera las 160 estaciones de servicio en la Península y emplea a unas 400 personas. La compañía facturó 800 millones el año pasado y tiene casi 100 proyectos en marcha (60 nuevas gasolineras y otras 50 en prospección comercial) para los próximos cuatro años.
Desde Holbox (México), donde supervisa las obras de un pequeño hotel, el empresario insiste en que lo que le mueve son los retos, no la billetera. Su grupo es 100% familiar, con apenas deuda y un ebitda de 30 millones el último ejercicio. En paralelo, prepara expansión internacional y baraja rozar los 1.000 millones de ventas en 2025.
¿Quién es Manuel Santiago y cómo arrancó Petroprix?
Santiago es ingeniero de Telecomunicación. Hace dos décadas dejó una multinacional para “robar” clientes a las grandes petroleras con un modelo low cost (bajo coste) apoyado en software propio y estaciones casi sin personal.
Durante estos días está en Holbox por trabajo, supervisando un pequeño hotel. A una pregunta sobre si es un capricho, responde: “Puede ser, pero intento que los caprichos sean rentables”. La misma lógica que aplicó a sus surtidores: rapidez, tecnología y costes muy ajustados.
¿Cuánto factura Petroprix y cuántas aperturas prepara?
Petroprix cerró el último año con 800 millones de euros de facturación, una red de más de 160 estaciones en la Península y unos 400 trabajadores. En el “pipeline” (catálogo de proyectos) hay 60 aperturas y 50 ubicaciones en prospección comercial para los próximos cuatro años, mientras el ebitda alcanzó los 30 millones. La empresa es 100% familiar y opera con apenas deuda.
A continuación, un resumen con las cifras clave mencionadas en la información original. Sirve para ubicar de un vistazo el tamaño del negocio y sus próximos pasos.
Indicador | Dato exacto |
---|---|
Facturación anual | 800 millones de euros |
EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) | 30 millones de euros |
Estaciones en la Península | Más de 160 |
Empleo | Unos 400 trabajadores |
Nuevas estaciones proyectadas | 60 |
Ubicaciones en prospección comercial | 50 |
Proyectos en el “pipeline” para 4 años | Casi 100 |
Objetivo considerado para 2025 | Rozar los 1.000 millones en ventas |
Gasolineras en Portugal | 4 |
Tras este cuadro, el propio Santiago pone el acento en el crecimiento: baraja rozar los 1.000 millones en 2025 y asegura que el “apetito” de Petroprix es internacional, con Portugal ya en marcha y Latinoamérica en el punto de mira.
¿Cómo está el mercado y dónde se colocan las gasolineras de bajo coste?
El propio fundador admite que “no es fácil encontrar hueco donde colocarte”. El sector se consolida en torno a tres grandes grupos: Ballenoil (propiedad de Moeve, Cepsa), Plenergy (de los fondos Portobello y Tensile Capital) y Petroprix.
En ese contexto, Petroprix mantiene un perfil peculiar: 100% familiar, con reinversión de beneficios, poco endeudamiento y sin especial interés en vender. Su nicho son clientes sensibles al precio y profesionales con flotas pequeñas. Y aquí asoma una ironía del día a día: cuando el combustible sube, muchos buscan ahorrar; cuando no sube, el bolsillo del ciudadano medio sigue “estresado” igualmente.
¿Hacia dónde van los consumos de carburantes y la electrificación?
En España, el consumo de combustibles fósiles creció el año pasado un 2,2%, hasta 28.342 kilotoneladas. En el norte de Europa, la tendencia es la contraria por los incentivos al coche eléctrico y la atonía económica.
¿Cuándo girará el ciclo aquí? Santiago lo resume sin rodeos: es una buena pregunta y de momento nadie acierta. Señala que sus estaciones podrían reconvertirse a carga ultrarrápida (carga muy potente para vehículos eléctricos), y que ya hay ubicaciones donde lo hacen, pero advierte de serios problemas de conexión a la red eléctrica.
¿Cómo intenta Petroprix arañar margen en un negocio tan apretado?
Para seguir creciendo, la compañía ha empezado a operar como mayorista (compra y vende combustible a terceros) y así “arañar un pelín más de margen”. Es poco, reconoce, pero el volumen que mueven ayuda a que ese “pelín” sume.
Mientras, las grandes petroleras como Repsol se afanan en retener clientes con aplicaciones de descuentos y contratos de electricidad. Por tanto, cada céntimo cuesta y las nuevas estaciones buscan ubicaciones con bisturí: precisión y tráfico, no brochazos.
¿Dónde se expande Petroprix: Portugal, Latinoamérica y Polonia?
Según explica Santiago, Petroprix ya está en Portugal con cuatro gasolineras y “un montón” de proyectos en cola. Además, hace dos años arrancó su apuesta por Latinoamérica.
Pronto habrá gasolineras de la marca en Chile y Panamá. Están “a punto de abrir” en Panamá y “un poco más retrasados” en Chile. Son mercados que define como muy estables, con monedas estables y salarios mínimos más altos. También han armado un equipo comercial en Polonia, por su similitud socioeconómica con España.
¿En qué otros negocios se está metiendo Manuel Santiago (pagos, Pix, criptomonedas y vending)?
Aunque la energía concentra casi toda la facturación, el empresario quiere diversificar. Probó en seguros (Hello Insurance) y en renovables (Avansolar), sin grandes resultados.
Ahora empuja sistemas de pago con su marca WiPay. Con Visa desarrolla terminales para entornos no atendidos capaces de “dar dinero” con cualquier tarjeta en la España vaciada (zonas rurales con despoblación). Ha traído a España Pix, el sistema de pago instantáneo, tipo Bizum, que reina en Brasil, para canalizar el gasto de turistas en la Península. Añade un proyecto con compra de criptomonedas y, en el área de vending (venta a través de máquinas), provee terminales, software y conexión para pagar, por ejemplo, en autolavados por horas o minutos. Con un socio, están implantando nuevos sistemas de pago en aparcamientos españoles.
¿Qué horizonte personal y empresarial dibuja Santiago?
Santiago se ve en la misma dinámica durante la próxima década, quizá apoyando más proyectos en lugar de liderarlos. Dice que cuando encuentra gente seria y con capacidad, piensa en cómo ayudar.
Ese enfoque explica su penúltimo movimiento: con un grupo constructor, desarrollará suelo en Fuenlabrada (Madrid) para levantar 250 pisos. Lo resume con una idea muy concreta: cuando se dan las circunstancias correctas, uno puede vivir el sueño de ser empresario. A lo grande, pero con “caprichos” que, como insiste, deben ser rentables.