Dos jubilados de 81 y 86 años compran su primer piso tras más de 20 años en una vivienda protegida

“A nuestra edad, la gente pensaba que estábamos locos”. Con esa frase, Benoît y Dominique Sagona resumen el giro que han dado a su vida. Él tiene 86 años, ella 81, y el 12 de junio se mudan a su primer piso en propiedad. Dan el paso después de más de dos décadas en un piso de protección oficial en Combe Saragosse, en Besançon.

El empujón final llegó con la ayuda económica de su hijo menor, que residía en Suiza. El nuevo hogar tiene 93 metros cuadrados, está en un segundo piso con ascensor y dispone de dos plazas de aparcamiento en la ciudad. Ya han asistido a su primera junta de vecinos y planean ir a la fiesta del barrio a finales de mes.

¿Quiénes son Benoît y Dominique Sagona y por qué compran ahora?

El matrimonio Sagona lleva 62 años juntos, aniversario que celebrarán en julio. Han superado problemas de salud y han trabajado mucho: él en la metalurgia y ella como cajera mientras cuidaba de sus hijos. Durante décadas, prefirieron no malgastar y priorizaron la estabilidad. Benoît recuerda que veía a compañeros que compraban y luego pasaban apuros, así que la propiedad siempre se les hizo un objetivo lejano.

El cambio llegó tras hablar con uno de sus nietos, que buscaba piso. Al ver los precios del mercado, entendieron que podían permitirse la compra. Entonces se lanzaron a buscar activamente en portales inmobiliarios y con el apoyo de una agencia. Un poco de cálculo, algo de paciencia y mucha ilusión: así empezó la mudanza soñada.

¿Cómo es el piso y dónde está?

El piso elegido encaja con lo que necesitaban a su edad y a su ritmo de vida: 93 metros cuadrados, segundo con ascensor y dos plazas de aparcamiento, en la ciudad. Para una pareja que prioriza la accesibilidad y la comodidad diaria, estos detalles son oro puro.

DatoValor
NombresBenoît y Dominique Sagona
Edades86 y 81 años
Mudanza12 de junio
Residencia anteriorBarrio Combe Saragosse, Besançon
Tipo de vivienda anteriorPiso de protección oficial (vivienda protegida)
Superficie del nuevo piso93 metros cuadrados
Planta y accesoSegundo piso con ascensor
AparcamientoDos plazas
Reparto de la compra80% matrimonio, 20% hijo menor
Años de matrimonio62 (a celebrar en julio)

Benoît lo explicó con sencillez: “Está en un segundo piso con ascensor, con dos plazas de aparcamiento, en la ciudad”, en una entrevista para France Info. Y Dominique lo celebra con ironía: “Mientras algunos se mudan a una residencia de ancianos, nosotros nos regalamos una residencia de ancianos”.

¿Cómo financiaron la compra y qué significa ser co-compradores?

El gran obstáculo fue el presupuesto: el precio se les iba un poco de los ahorros. La solución vino de casa. Su hijo menor, que residía en Suiza, aportó el dinero que faltaba. Hubo quien pensó que les había tocado la suerte grande: incluso un vecino les preguntó si habían ganado la lotería. Pero no, la lotería aquí fue familiar y sin bombo.

Benoît lo resumió con claridad: “Somos co-compradores, un 80% es nuestro y el 20% de mi hijo”. Ser co-compradores, dicho simple, es comprar juntos y repartir la titularidad en porcentajes. En su caso, el reparto está negro sobre blanco: 80/20. Claro y práctico.

¿Qué cambió desde su intento fallido en el año 2000?

No es la primera vez que lo intentan. En el año 2000 quisieron comprar una casa y la cosa terminó mal por conflictos vecinales. Esa experiencia dejó dudas y prudencia, pero no enterró el deseo.

Ahora el guion es otro. La compra les ha devuelto la ilusión: ya han asistido a su primera junta de vecinos (la reunión de la comunidad del edificio) y planean la fiesta del barrio a finales de mes. Dominique lo define sin adornos: “Es como una recompensa por todo lo vivido juntos”. Ella animó a Benoît a romper las dudas y dar el paso. Y lo dieron.

¿Cómo replicar su estrategia si te planteas comprar en la jubilación?

Si te ronda la idea de comprar en esta etapa, esta historia deja pistas muy concretas, tan de andar por casa como efectivas. No hay fórmulas mágicas, pero sí decisiones sencillas que suman: comparar, pedir ayuda cuando toca y elegir un piso que facilite el día a día.

  1. Habla con la familia y comparte la búsqueda: una conversación con un nieto encendió la chispa.
  2. Mira los precios del mercado y haz números: así comprobaron que podían permitírselo.
  3. Busca piso en portales y apóyate en una agencia inmobiliaria: les agilizó la selección.
  4. Prioriza accesibilidad y comodidad: ascensor y dos plazas de aparcamiento marcaron la diferencia.
  5. Si vais a comprar varios, acordad por escrito el reparto: su esquema fue 80% matrimonio y 20% hijo.
  6. Pon fecha de mudanza y empieza a integrarte en el vecindario: primera junta y fiesta del barrio, todo suma.

Cada caso es un mundo, por supuesto. Pero su recorrido demuestra que, con un plan realista y la ayuda justa, se puede dar el salto sin sustos de última hora: menos lotería y más organización.

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