Despiden a una directora por manipular 97 rascas de la ONCE para luego hacer como si los hubiera vendido: 28 tenían premio

La trabajadora, con 17 años de antigüedad, fue sancionada por manipular boletos ‘Rasca’. El Juzgado de lo Social nº 1 de Toledo y el TSJ de Castilla‑La Mancha confirmaron el despido como procedente.

La directora de una oficina de paquetería en Añover de Tajo (Toledo) perdió su empleo tras acreditarse irregularidades graves con boletos ‘Rasca’ de la ONCE. La sentencia detalla un patrón de manipulación y fallos en el control de stock que rompió la confianza. ¿Por qué fue tan determinante el calendario de hechos?

Qué hechos acreditaron la manipulación de boletos y por qué fue relevante para el despido procedente

El expediente disciplinario se sustentó en datos verificados por auditoría y en actuaciones reconocidas por la propia trabajadora. Además, se vinculó la conducta a un puesto con especial responsabilidad en custodia y recuento. Dicho claro: ni trampa ni cartón, los números mandaron.

Claves del caso que pesaron en la decisión judicial:

  • En julio de 2023 se detectaron 28 boletos rascados sin vender y 10 boletos faltantes.
  • La directora admitió haber rascado los 28 con intención de comprarlos después.
  • La auditoría halló que entre enero y julio de 2023 se manipularon 97 boletos: 69 sin premio y 28 premiados, registrando ventas tras pagar premios.
  • Se consideró incumplido el control de stock y el recuento obligatorio, base de la sanción.

¿Resultado? La empresa aplicó el despido disciplinario por transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza (art. 54 del ET y art. 85 del convenio).

Cómo influyeron las fechas en la prescripción y el conocimiento empresarial real de las irregularidades

La trabajadora alegó que las faltas habían prescrito porque los auditores conocieron el problema en julio de 2023. Sin embargo, los jueces fijaron el “día uno” en octubre, cuando la dirección tuvo conocimiento pleno y detallado de la auditoría. Por tanto, la empresa actuó dentro de plazo.

A continuación, una cronología resumida que ayuda a entender el desenlace:

HitoDetalle verificado
2007–2024Antigüedad de la trabajadora como directora de oficina
Enero–julio 2023Manipulación de 97 boletos (69 sin premio, 28 premiados)
Julio 2023Detección de 28 boletos rascados sin vender y 10 faltantes
Octubre 2023Conocimiento pleno de la auditoría por la dirección; inicio del cómputo de prescripción
Proceso judicialLa trabajadora impugna el despido; los tribunales avalan la medida

En consecuencia, la tesis de la prescripción no prosperó: el órgano judicial valoró como relevantes las fechas de conocimiento efectivo por parte de la dirección, no la mera detección inicial por auditoría.

Qué resolvieron el Juzgado de lo Social y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla‑La Mancha

Primero, el Juzgado de lo Social nº 1 de Toledo declaró el despido procedente, convalidando la extinción sin indemnización ni salarios de tramitación. Consideró las irregularidades graves y reiteradas, incompatibles con el nivel de confianza exigido.

Posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla‑La Mancha confirmó íntegramente la sentencia. Ratificó que no hubo prescripción, subrayó la responsabilidad singular del puesto y mantuvo la calificación de despido disciplinario. ¿La idea central? La confianza estaba rota y el control de boletos era competencia directa de la directora.

Qué lecciones prácticas deja el caso para puestos de responsabilidad en custodia y recuento

Más allá del desenlace, el caso deja un mensaje claro para quienes gestionan productos en tienda u oficina: el control de stock no es un trámite; es la columna vertebral del negocio. Cuando se manejan artículos sensibles, como boletos, cualquier irregularidad reiterada, incluso con intención de “regularizar después”, puede tener efectos laborales serios.

Además, la decisión recuerda que el cómputo de plazos disciplinarios pivota sobre cuándo la dirección conoce de manera completa los hechos. Por lo tanto, documentar auditorías, custodias y recuentos, y escalar incidencias de inmediato, es esencial. Al final, ¿merece la pena arriesgar un puesto por prácticas que socavan la confianza?

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