La firma italiana reduce su presencia en el país como parte de una reestructuración global que afectará a más de 400 establecimientos en todo el mundo.
Benetton ha decidido echar el cierre a 31 de sus tiendas en España y aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que dejará a 138 empleados sin trabajo, un 24% de su plantilla nacional. La medida se enmarca dentro de un plan de ajuste global con el que la compañía italiana de moda prevé clausurar 419 tiendas en todo el mundo, tras registrar unas pérdidas de 230 millones de euros en el último ejercicio.
La empresa, fundada en 1965, ha explicado que estos cierres se producirán en función de la situación contractual de cada local, y ha ofrecido a los trabajadores indemnizaciones de 27 días por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades. Además, ha contemplado un bono adicional de 1.500 euros para colectivos vulnerables, como empleados mayores de 50 años o personas con discapacidad. También se plantean recolocaciones internas en otras tiendas aún operativas dentro del país.
De icono de los 80 a víctima de la moda rápida
Desde su llegada a España en 1979, Benetton fue una de las marcas más reconocidas del sector, con una red de tiendas que abarcó buena parte del territorio nacional. Su imagen colorida, sus campañas publicitarias rompedoras y su apuesta por prendas básicas con identidad propia le permitieron consolidarse durante décadas. Pero la situación ha cambiado.
El auge imparable de la moda rápida, impulsada por plataformas como Shein o Temu, ha cambiado las reglas del juego. Las nuevas generaciones de consumidores buscan inmediatez, rotación constante y precios bajos, un terreno en el que Benetton ha perdido competitividad. La firma ha explicado que esta reestructuración tiene como fin concentrarse en las tiendas más rentables y en las líneas de producto con mejor acogida, en un intento por recuperar terreno en un sector altamente volátil.
Una transformación a contrarreloj
A pesar de que el anuncio de cierres y despidos suena a retirada, desde la compañía aseguran que se trata de un paso necesario para asegurar la viabilidad del grupo a largo plazo. La estrategia se centra en una racionalización de recursos y en la adaptación a un entorno de consumo en constante transformación.
La incógnita ahora es si este reajuste será suficiente para devolver a Benetton la relevancia que tuvo en otras épocas. El sector textil está acostumbrado a altibajos, y no sería la primera vez que una firma clásica consigue reinventarse. Por ahora, lo que está claro es que la presencia de Benetton en España quedará muy reducida, y que más de un centenar de trabajadores ya han sentido el impacto directo de esta transformación.