Si alguna vez te has dejado las llaves puestas o las has perdido de camino al trabajo, sabes lo que se siente: cara de susto, móvil en mano, y una búsqueda urgente en Google. A partir de ahí, cruzas los dedos. Porque si tienes mala suerte, el disgusto puede costarte más que una escapada de fin de semana.
Así lo cuenta Roberto, cerrajero con seis años de experiencia en Baleares, que ha decidido sacar a la luz las trampas del sector. Precios que se disparan, anuncios engañosos en Internet y empresas que ni siquiera saben usar un destornillador, pero que te envían la factura igual. Todo ello, mientras los profesionales de verdad intentan sobrevivir en un sector lleno de picaresca.
A continuación, repasamos las claves del negocio, los sueldos reales y los peligros que acechan cuando llamas a un supuesto “cerrajero de urgencia”.
¿Quién cobra 1.000 euros por abrir una puerta?
Aunque parezca una exageración, no lo es. Roberto asegura que hay empresas que llegan a facturar hasta 1.000 euros por una simple apertura de puerta en situación de urgencia. ¿El problema? Que muchas veces ni siquiera son cerrajeros de verdad.
“El 80% de los cerrajeros que aparecen en Internet ni lo son”, explica Roberto. Son empresas que se posicionan bien en Google, captan al cliente y luego subcontratan a alguien que sepa abrir la puerta.
Y lo más sangrante: pueden quedarse con el 50% del dinero. Es decir, tú pagas 100 euros pensando que estás contratando a un profesional y la mitad se la lleva una empresa que solo ha hecho de intermediaria. Así de claro.
¿Cuánto cobra de verdad un cerrajero?
No todos los cerrajeros van con un maletín de oro. De hecho, los que empiezan en el oficio suelen tener sueldos bastante más modestos. Sebastián, peón con un año de experiencia, lo resume bien:
- Sueldo base: entre 1.000 y 1.100 euros al mes
- Propinas: si el cliente queda contento, pueden caer extras interesantes
- Ingresos crecientes: a mayor experiencia y reputación, más llamadas y más dinero
Como explica Roberto, “si te llaman tres o cuatro veces al día para aperturas urgentes, puedes vivir muy bien”. Pero claro, hay que saber moverse, buscarse la vida y aguantar llamadas a cualquier hora.
¿Cuáles son los precios reales del sector?
A veces, lo caro no es la mano de obra, sino la desinformación. Aquí tienes una tabla con precios orientativos que manejan los cerrajeros reales, los de verdad:
Servicio | Precio aproximado |
---|---|
Copia de llave | Entre 2 y 40 euros |
Desplazamiento | 15 a 25 euros |
Apertura urgente sin rotura | Desde 60 euros |
Apertura con cambio de cerradura | Puede superar 100 euros |
Intermediación (comisión) | Hasta el 50% de la factura |
Como ves, el margen para inflar precios es generoso. Y si encima nadie pide papeles ni identifica al cerrajero, el negocio es redondo… para el que cobra, claro.
¿Qué riesgos hay al contratar al primero que aparece en Google?
Más de los que imaginas. Roberto relata casos en los que le han llamado desde el juzgado para abrir una vivienda en desahucio, y poco después la puerta volvía a estar abierta… gracias a otro “cerrajero” que no pidió ni DNI.
Esto no solo encarece el servicio, también pone en jaque la seguridad de las viviendas. “Nos ha pasado que alguien llama pidiendo abrir una casa, y lo que quiere es ocuparla”, advierte.
Por eso, los cerrajeros profesionales piden siempre:
- Documento de identidad
- Justificante de propiedad o declaración jurada
Y si no lo hacen, desconfía. Porque abrir una puerta sin papeles puede facilitar desde ocupaciones hasta robos.
¿Cómo se aprende a ser cerrajero?
Aquí no hay universidad, ni títulos oficiales. La mayoría aprenden de forma autodidacta o con otros cerrajeros. Roberto, por ejemplo, empezó desmontando cerraduras en casa de amigos y yendo de tienda en tienda para conocer el oficio desde abajo.
Pero no todo es abrir puertas. El cerrajero también:
- Aconseja sobre sistemas de seguridad
- Instala cerraduras electrónicas y bombines especiales
- Responde a urgencias 24/7
Es decir, requiere técnica, paciencia… y bastante vocación.
¿Vale la pena montar una empresa de cerrajería?
Para Roberto, la respuesta es un sí rotundo: “Siempre va a haber puertas, y siempre hará falta un cerrajero”. El negocio es estable, previsible y muy útil. Pero también tiene dos retos importantes:
- El intrusismo profesional, que devalúa la imagen del oficio.
- La llegada de nuevas tecnologías, como cerraduras electrónicas, sistemas biométricos o reconocimiento facial.
Adaptarse será clave. Por eso han nacido asociaciones como Actima, en Baleares, que buscan proteger al profesional frente a tanto oportunista, con buena web y cero herramientas.