Imagina que cambias las baldosas de tu cocina y, en lugar de encontrar tuberías oxidadas, ves brillar algo más tentador que cualquier premio de la lotería. Así empezó la aventura de una pareja en Ellerby (East Yorkshire) en 2019, cuando bajo el hormigón apareció una vasija de cerámica repleta de monedas antiguas.
El susto inicial (dicen que uno no espera oro bajo los pies) se transformó en pura euforia al contar 264 piezas de oro acuñadas entre 1610 y 1727. Tres años después, en 2022, la colección salió a subasta en Londres y rozó el récord: 750.000 euros de puja final. No todos los días te caen 750.000 euros del suelo, ¿verdad? De paso, la historia recordó al Reino Unido que aún guarda tesoros sin desenterrar.
¿Qué ocurrió bajo los azulejos de la cocina?
Cuando la pareja levantó la tarima para cambiar las cañerías, apareció una “astilla dorada”. Al remover más hormigón hallaron una vasija del siglo XVIII escondida a unos centímetros de profundidad. Aquella humilde olla contenía más de dos siglos de ahorros que, por algún motivo, nunca salieron a la luz.
El origen del tesoro apunta a la familia Fernley‑Maister, una saga de comerciantes de Hull con fuertes lazos en el Báltico. Todo indica que alguien de la casa decidió esconder su fortuna y, por un descuido, o por fallecer sin contarlo, dejó el botín olvidado hasta 2019.
¿Qué monedas salieron a la luz?
Entre las 264 piezas había ejemplares acuñados durante los reinados de Jacobo I, Carlos I, Carlos II, Jacobo II, Guillermo III, Ana y Jorge I, además de una portuguesa de Juan V. Para tranquilidad de los no expertos: hablamos de numismática, es decir, el estudio y colección de monedas antiguas.
La pieza estrella fue una defectuosa de 1720 que, pese a su error de acuñación, alcanzó 62.000 libras por sí sola. En palabras del subastador Gregory Edmund, se trataba de “120 años de historia inglesa condensados en un recipiente del tamaño de una lata de refresco”.
¿Por cuánto se vendió el tesoro?
La casa londinense Spink & Son fijó inicialmente el lote entre 200.000 y 250.000 libras. Sin embargo, la expectación global disparó la puja hasta 754.000 libras (unos 750.000 euros al cambio de entonces). Compradores de Europa, América, Asia y Oceanía se pelearon, tanto en persona como por teléfono, por llevarse un pedazo de historia al bolsillo.
Al final, las monedas se repartieron entre varios coleccionistas privados. De la identidad de la pareja dueña de la vivienda poco se sabe: prefieren el anonimato y, seguramente, disfrutar del nuevo presupuesto para reformas sin dar demasiadas explicaciones a vecinos… ni a Hacienda.
Recomendaciones si te topas con un hallazgo similar
Antes de imaginarte de compras por la Gran Vía, conviene tener claro qué hacer si tu suelo también guarda sorpresas.
- Detén la obra y documenta el hallazgo: toma fotos y anota la ubicación exacta.
- Consulta a un experto: contacta con un arqueólogo o un numismático (especialista en monedas) para evaluar las piezas.
- Informa a las autoridades competentes: en España, el hallazgo puede considerarse patrimonio y existen obligaciones legales.
- Valora la venta en una casa de subastas reconocida: así obtienes tasación profesional y evitas precios de ganga.
Seguir estos pasos puede ahorrarte sustos legales y, de paso, asegurar que tu “bote” de oro alcance el valor que merece. Después, si el martillo cae a tu favor, siempre quedará la duda de si cambiar la cocina… o toda la casa.