¿Sabías que los primeros proyectos de automóviles propulsados por motores nucleares datan de la década de 1950? Es un dato curioso que casi nadie conoce. Al mencionar la energía nuclear, muchos la asocian con tecnología actual, especialmente cuando se habla de coches propulsados por esta fuente. Sin embargo, este concepto existe desde hace muchos años, gracias a la empresa Ford Motor. En 1957, desarrolló el Ford Nucleon, un diseño conceptual de un automóvil propulsado por energía nuclear. Esta idea surgió porque, en aquel entonces, el objetivo de los científicos era aprovechar la energía atómica, y Ford, como líder en innovación, no quería quedarse atrás.
El Ford Nucleon podría alcanzar hasta 8.000 km con su motor propulsado por energía nuclear
Este vehículo futurista fue diseñado para recorrer hasta 8.000 km sin necesidad de repostar. En su diseño, Ford no incluyó un motor de combustión interna; en su lugar, los ingenieros idearon un pequeño reactor en la parte trasera del coche para utilizar energía nuclear. En ese momento, los investigadores de la empresa suponían que, en algún momento, sería posible reducir el tamaño de los reactores nucleares. Al ser compactos, podrían usarse como motor de un vehículo, sin tantos problemas, algo que todavía no ha sucedido.
Además, el diseño del Ford Nucleon conceptualizó una máquina a vapor alimentada por fisión de Uranio. Este diseño funcionaba de manera similar a un submarino nuclear, es decir, el reactor utilizaría el material fisionable para generar calor, que luego se convertiría en electricidad para impulsar el vehículo. Este proceso se llama fisión nuclear, y consiste en la división de átomos para crear energía. Es el mismo procedimiento que se lleva a cabo en las plantas nucleares para generar electricidad y que también se utiliza en algunos tratamientos médicos.
Un diseño único para un vehículo prometedor
Ford utilizó un diseño bastante innovador y extraño para este coche propulsado por energía nuclear. Conceptualizó unas dimensiones poco comunes para el vehículo, como por ejemplo: habría medido 5 metros de largo y 2 metros de ancho. Además, el techo habría tenido 1 metro de alto y una distancia entre ejes de aproximadamente 17 metros. Este diseño se pensó para adaptarse al sistema de propulsión. Y dado que el vehículo no necesitaría un motor de combustión interna, la carrocería podría ser mucho más aerodinámica.
Por desgracia, este proyecto nunca se llevó a la práctica. A partir de 1958, quedó claro que la tecnología del motor de energía nuclear ideada por Ford para propulsar este coche no estaba lo suficientemente avanzada. Hoy, en el año 2024, esto sigue siendo así. A pesar de los avances en las investigaciones y la tecnología, los motores de propulsión nuclear siguen siendo solo un concepto y están muy lejos de verse en la carretera.
El futuro incierto para los vehículos con tecnología nuclear
Actualmente, la industria automovilística está centrada en la creación de vehículos eléctricos y propulsados por hidrógeno. Esto es algo que se puede ver en los proyectos de Tesla. Pero, en la contraparte de esta historia, la energía nuclear sigue siendo una incógnita y, pese a los esfuerzos de Ford por seguir adelante con este coche, el proyecto nunca se concretó. En 1962, la empresa continuó con su diseño nuclear con el Ford Seattle-ite XX1, pero nunca pasó de la fase de conceptualización. Aunque cabe mencionar, como reconocimiento, que Ford no fue la única empresa que intentó llevar a cabo este tipo de proyecto; muchas otras también tuvieron ideas similares que nunca llegaron a materializarse.
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