El organismo explica el único supuesto en el que una baja voluntaria puede convertirse en “situación legal de desempleo” con derecho a prestación.
Muchos trabajadores creen que, si abandonan su empleo por decisión propia, pierden automáticamente el derecho a cobrar el paro. Sin embargo, el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) recuerda que hay una excepción ligada al impago del salario que permite cobrar la prestación contributiva aunque sea el trabajador quien decida irse.
Quién puede dejar su empleo y cobrar el paro en estas circunstancias
La clave está en que no todas las bajas voluntarias son iguales. Cuando la empresa incumple obligaciones esenciales, como pagar el sueldo a tiempo, la ley permite que la persona trabajadora finalice el contrato y que esa salida llegue a considerarse “situación legal de desempleo”.
¿Quién puede acogerse a esta opción? Los trabajadores que sufran impagos o retrasos continuados en sus nóminas. En estos casos, la decisión de irse de la empresa puede abrir la puerta al paro, siempre que se sigan los pasos legales y exista una resolución judicial que confirme el incumplimiento.
Pasos legales que deben seguir los trabajadores antes de solicitar el paro
Este camino no es una decisión unilateral ni basta con dejar de ir al trabajo o presentar una carta de renuncia. Para que la extinción del contrato por impago se reconozca como “situación legal de desempleo”, es necesario seguir un procedimiento concreto con varios pasos:
- Reclamación formal a la empresa por las cantidades adeudadas, por escrito y con prueba de su envío.
- Presentación de una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC).
- Si no hay acuerdo, demanda ante los juzgados de lo social solicitando la extinción del contrato y las cantidades pendientes.
- Sentencia judicial firme que declare extinguido el contrato por esta causa y permita al Sepe reconocer la situación legal de desempleo.
Solo cuando se alcanza esa resolución judicial el trabajador puede dejar efectivamente su puesto y solicitar la prestación contributiva. Es un proceso largo, pero es la vía prevista cuando la empresa incumple de forma grave.
Requisitos generales del Sepe para acceder a la prestación contributiva
Además del reconocimiento de la “situación legal de desempleo”, para cobrar el paro contributivo hay que cumplir los requisitos generales del sistema de protección por desempleo: estar en alta o situación asimilada en la Seguridad Social, haber cotizado al menos 360 días en los seis años anteriores, no haber alcanzado la edad de jubilación, no trabajar a jornada completa incompatible y estar inscrito como demandante de empleo con compromiso de actividad.
| Requisito clave | Qué implica para el trabajador |
|---|---|
| Cotizar al menos 360 días en los últimos seis años | Acreditar un año mínimo de cotizaciones antes del desempleo |
| Estar inscrito como demandante de empleo y asumir el compromiso de actividad | Apuntarse al servicio público de empleo y participar en la búsqueda activa de trabajo |
| No haber alcanzado la edad de jubilación ni trabajar a jornada completa incompatible | No haber llegado a la edad de jubilación y no tener un empleo a tiempo completo que impida cobrar el paro |
Si alguno de estos requisitos falla, la prestación contributiva no podrá aprobarse, aunque exista sentencia por impago de salarios.
Qué ocurre si no se llega al mínimo de cotización exigido
¿Y si, aun estando en situación legal de desempleo, no se alcanza el año cotizado? En ese caso, entra en juego la red de subsidios por desempleo, pensada para quienes no cumplen las condiciones del paro contributivo pero siguen necesitando apoyo económico.
El sistema contempla varias posibilidades, como el subsidio por insuficiencia de cotización, la ayuda familiar o el subsidio para mayores de 52 años, cada una con sus propios requisitos de rentas y cargas familiares. Por eso es fundamental consultar con el Sepe y estudiar bien cada caso antes de dejar el empleo: tomar la decisión informado puede marcar la diferencia.