Aunque el verano haya quedado atrás, el consumo de las cervezas de moda con pequeñas dosis de limón, conocidas como radler o shandy, sigue generando debate a raíz de un informe de la OCU, Organización de Consumidores y Usuarios, que advierte que podrían no ser lo que aparentan. Esta institución se dedica a sacar a la luz aspectos que los consumidores podrían desconocer y se asegura de que las empresas actúen con total transparencia en sus productos. En este caso, el aviso de la OCU apunta a las cervezas radler y shandy, que preocupan a más de uno por su composición, especialmente a quienes las consumen de forma habitual.
Cuidado si consumes cervezas shandy o radler
Un reciente estudio realizado por la OCU ha revelado un riesgo inesperado relacionado con estas cervezas con sabor o con refresco de limón. A pesar de que las etiquetas y nombres sugieren una receta específica, lo que se encuentra detrás del producto es lo que está causando alarma. En particular, se ha descubierto que la presencia de zumo de limón natural no siempre es lo que se afirma en el etiquetado. En su lugar, las empresas están utilizando refrescos con azúcar y aromas artificiales de limón para mantener la homogeneidad del sabor, lo que podría ser engañoso para los consumidores.
Son varias las marcas que siguen este método, sustituyendo ingredientes naturales por versiones artificiales. Por ejemplo, algunas marcas solo añaden un aroma artificial, como las de Lidl, mientras que otras contienen una cantidad muy baja de zumo de limón, como Damm Lemon, con solo un 0,4% de zumo real. En el lado positivo, algunas cervezas como la Radler Ambar y la Radler Saerbrau de Carrefour sí superan el 5% de zumo de limón, lo cual es más aceptable, pero aun lejos de lo que muchos podrían suponer al leer las etiquetas.
El verdadero contenido de las cervezas
El informe de la OCU también destaca que las cervezas radler pueden tener hasta un 12% más de calorías que una cerveza tradicional. Lo que puede ser un problema para personas con dietas restringidas en azúcar o con problemas de salud relacionados con el consumo calórico. Por otro lado, las cervezas shandy, al tener un 15% menos de calorías que las clásicas, resultan menos perjudiciales en este sentido. Aunque no dejan de tener un impacto que podría ser importante.
Para completar el análisis, la OCU recomienda siempre optar por cervezas sin alcohol, ya que estas reducen significativamente la cantidad de calorías. Además, es un modo de minimizar los efectos nocivos que podrían derivarse de ingredientes artificiales o añadidos de azúcar. De esta manera, los consumidores pueden disfrutar de una bebida refrescante sin preocuparse tanto por las calorías y los ingredientes inesperados.