Arrojar saliva por la boca puede suponer hasta 1.500 euros de multa: el Ayuntamiento de Málaga lo confirma

Puede que te parezca un gesto sin importancia y, aun así, más de una vez lo habrás visto en plena calle. En Málaga, escupir en la vía pública no solo está mal visto: sale caro, muy caro. La Ordenanza para la garantía de la convivencia ciudadana y la protección del espacio urbano lo deja clarísimo. La sanción por escupir puede llegar hasta los 1.500 euros. Y no viene sola: también están prohibidos orinar y defecar en la calle. La clave está en cuándo se considera infracción leve y cuándo pasa a ser grave, porque ahí es donde la multa pega el salto.

¿Cuál es la multa por escupir en la calle en Málaga?

La ordenanza municipal prohíbe escupir, orinar o defecar en las vías públicas de Málaga. Estas conductas están tipificadas como infracción leve (la categoría básica con sanciones más bajas), con multas de hasta 300 euros.

Acción en vía públicaCalificación baseMulta si es leveMulta si es grave
EscupirInfracción leveHasta 300 eurosHasta 1.500 euros
OrinarInfracción leveHasta 300 eurosHasta 1.500 euros
DefecarInfracción leveHasta 300 eurosHasta 1.500 euros

Ahora bien, cuando las circunstancias hacen que la conducta tenga más impacto, puede pasar a infracción grave (un nivel superior por su mayor afectación a terceros), y en ese caso la sanción puede ascender hasta 1.500 euros. Influyen tanto el lugar como la concurrencia de personas: no es lo mismo una calle desierta que un entorno sensible o con mucha gente alrededor.

¿Cuándo pasa de leve a grave la sanción por escupir, orinar o defecar?

La normativa detalla los supuestos en los que el comportamiento deja de ser leve y se considera grave. En términos sencillos: cuanto más afecte a otras personas o a espacios protegidos, más alta será la multa.

  • En espacios de gran afluencia.
  • En lugares frecuentados por menores.
  • En mercados de alimentos.
  • En monumentos o edificios catalogados y protegidos.
  • En espacios públicos continuos a esos monumentos o edificios.

Además, se tiene en cuenta la cantidad de gente presente cuando se comete el acto, y el lugar exacto (por ejemplo, un mercado donde se vende comida o un monumento protegido). Por tanto, en zonas concurridas o sensibles conviene no “jugársela”: la infracción puede calificarse como grave y, en consecuencia, “salir por un pico”.

¿Qué persigue la ordenanza de convivencia y cómo lo justifica?

Uno de los objetivos de la ordenanza es “preservar el espacio público como un lugar de encuentro, convivencia y civismo” para que todas las personas puedan pasear o realizar actividades de ocio “con pleno respeto a la dignidad y a los derechos de las demás personas”. Es decir, se protege el uso común de la ciudad y la convivencia diaria, sin quitarle a nadie lo que es de todos.

El texto ajusta las sanciones al principio de intervención mínima (actuar lo justo y necesario) y aplica los criterios de lesividad (daño efectivo causado a otras personas o al entorno) y mínima trascendencia (impacto reducido del hecho). En cristiano: solo se sanciona lo que de verdad afecta a los demás y, además, se pondera la gravedad según el perjuicio real.

¿Qué otras conductas sanciona esta normativa municipal?

La misma normativa también regula comportamientos que afectan a la limpieza y al cuidado del espacio urbano. Entre ellos, tirar basura en la calle, hacer pintadas o no recoger los excrementos de las mascotas.

Asimismo, se contemplan actitudes vandálicas y se fijan reglas para las actividades de ocio desarrolladas en espacios públicos. En consecuencia, la idea es sencilla: que Málaga siga siendo disfrutable para todos sin que unos pocos estropeen la experiencia común.

Cómo evitar multas en Málaga: pasos simples que funcionan

La fórmula es tan básica como efectiva: no escupas, no orines y no defeques en la vía pública. Y, por supuesto, respeta los entornos sensibles: si estás en un lugar con mucha gente, en zonas frecuentadas por menores, en mercados de alimentos o junto a monumentos y edificios protegidos, extrema el cuidado porque ahí la sanción puede considerarse grave.

Además, mantén las buenas prácticas que la ordenanza recoge: no tires basura, evita las pintadas y recoge siempre los excrementos de tu mascota. De ese modo te ahorras un disgusto en forma de multa y, de paso, contribuyes a que el espacio público siga siendo de todos en las mejores condiciones.

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