La Seguridad Social se niega a reconocer la incapacidad permanente, pero el tribunal otorga a la afectada una indemnización de 60.993 euros.
Una ingeniera de telecomunicaciones de Baleares ha obtenido una importante victoria judicial contra la Seguridad Social después de sufrir una caída fuera del ámbito laboral en marzo de 2022. A pesar de las objeciones del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), el Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha fallado a su favor, otorgándole una indemnización de 60.993 euros por incapacidad permanente parcial debido a las secuelas sufridas en su brazo derecho.
Lesión fuera del trabajo y secuelas graves en el brazo derecho
La trabajadora, que se desempeñaba como técnica comercial en una empresa del sector de la energía solar, sufrió una caída fuera de su jornada laboral que afectó su codo y antebrazo derechos. La lesión requirió cirugía con placas y tornillos, pero dejó secuelas irreversibles, como la incapacidad para cerrar la mano, dolor crónico y limitaciones significativas para levantar el brazo o realizar esfuerzos.
A pesar de las dificultades físicas, la empresa intentó readaptar su puesto, evitando tareas de campo y reduciendo el riesgo físico. Sin embargo, los informes médicos y periciales corroboraron que sus secuelas hacían imposible realizar sus funciones esenciales de manera efectiva.
El INSS se opone al reconocimiento de la incapacidad permanente
Aunque la empresa adoptó medidas para adaptarse a la nueva situación de la trabajadora, la Seguridad Social consideró que, con las modificaciones en su puesto, la empleada podía seguir desempeñando sus funciones.
De esta forma, el INSS rechazó la solicitud de incapacidad permanente parcial. En respuesta, la afectada presentó una demanda que fue resuelta a su favor por el Juzgado de lo Social, otorgándole el derecho a recibir una indemnización equivalente a 24 mensualidades de su base reguladora, es decir, 60.993 euros.
El TSJ de Baleares confirma la incapacidad permanente parcial
La sentencia fue recurrida por el INSS, que insistió en que la trabajadora podía seguir desempeñando su puesto debido a las adaptaciones laborales. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares desestimó el recurso, argumentando que no se había modificado ningún hecho relevante del caso y que las limitaciones físicas de la demandante eran incompatibles con las tareas de su puesto original. El TSJ confirmó que las secuelas sufridas impedían a la ingeniera realizar con normalidad sus funciones profesionales, lo que justificaba la incapacidad permanente parcial.
Relevancia del fallo judicial en casos de incapacidad permanente parcial
Aunque la sentencia del TSJ de Baleares ratifica la resolución inicial, esta aún no es firme, ya que el fallo puede ser recurrido ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo. No obstante, la decisión ha tenido un impacto significativo al reconocer el derecho de la trabajadora a recibir una indemnización sustancial, lo que puede sentar un precedente en casos similares. Esta resolución subraya la importancia de considerar no solo la adaptación de los puestos de trabajo, sino también la gravedad de las secuelas físicas cuando se trata de la incapacidad laboral.