Un juzgado de Madrid reconoce la incapacidad absoluta y una pensión de 1.023,88 € al mes a una trabajadora con este síndrome

El Juzgado de lo Social de Madrid corrige al INSS y concede la incapacidad permanente absoluta a una auxiliar de cocina de 52 años afectada por síndrome de “espalda fallida”.

La resolución obliga a la Seguridad Social a abonar una pensión mensual de 1.023,88 euros (100% de su base reguladora) tras concluir que el dolor crónico y las limitaciones funcionales le impiden realizar cualquier actividad laboral.

Conflicto entre INSS y trabajadora por incapacidad permanente y síndrome de espalda fallida

La afectada arrastraba graves problemas lumbares y, en 2022, se sometió a una artrodesis lumbar para estabilizar la columna. Lejos de mejorar, desarrolló un cuadro de “espalda fallida”, dolor persistente tras cirugía, con rigidez y pérdida de movilidad que condicionaba su vida diaria.

Ante el empeoramiento, solicitó al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) la incapacidad en grado de absoluta. El Equipo de Valoración de Incapacidades rechazó este grado y le reconoció solo la incapacidad total, que supone el 55% de la base reguladora y permite desempeñar otros trabajos compatibles.

La investigación médica y las pruebas que sostuvieron la demanda frente a la Seguridad Social

Tras varias reclamaciones administrativas sin éxito, la trabajadora acudió a la vía judicial. En este sentido, aportó informes clínicos que evidenciaban dolor lumbar refractario a analgésicos, necesidad de seguimiento en la Unidad del Dolor y la práctica de bloqueos casi mensuales.

Para el juzgado, ese conjunto de pruebas mostraba una situación clínica “no controlable” y una imposibilidad real de mantener un ritmo productivo regular, incluso en tareas livianas o sedentarias.

El fallo judicial del Juzgado de lo Social de Madrid: reconocimiento de incapacidad permanente absoluta y pensión íntegra

El tribunal concluye que las secuelas son incompatibles con cualquier profesión, revoca el criterio del INSS y reconoce la incapacidad permanente absoluta. Por este motivo, fija una pensión vitalicia equivalente al 100% de la base reguladora, cifrada en 1.023,88 euros mensuales.

Dado lo anterior, el juzgado deja claro que la persistencia del dolor, la rigidez y la dependencia de tratamientos invasivos impiden a la trabajadora llevar una vida activa normalizada. La sentencia no es firme y cabe recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia.

Qué es el síndrome de espalda fallida: síntomas, frecuencia y repercusión en el trabajo

El denominado síndrome de “espalda fallida” o poslaminectomía es una complicación relativamente frecuente tras cirugías de columna. Las estimaciones clínicas sitúan su incidencia entre el 10% y el 40% de los operados, con dolor persistente que, en ocasiones, supera al previo a la intervención.

Entre los síntomas más habituales destacan:

  • Dolor lumbar crónico mantenido tras la operación.
  • Rigidez y pérdida de movilidad en la zona intervenida.
  • Debilidad en las piernas o dificultad para permanecer sentado o de pie.
  • Necesidad de medicación continua y, en su caso, bloqueos analgésicos periódicos.

Comparativa con otros casos y claves para futuras reclamaciones ante el INSS y la Seguridad Social

Como ocurre con patologías como la fibromialgia, la esclerosis múltiple o procesos degenerativos, no existe un listado cerrado de enfermedades que den automáticamente derecho a incapacidad. El Tribunal Médico valora personas, no diagnósticos: cada caso se analiza de forma individual.

En consecuencia, la decisión administrativa del INSS puede impugnarse cuando la evidencia médica muestre una limitación global para cualquier trabajo. Este pronunciamiento refuerza esa línea, subrayando que la falta de control del dolor y la necesidad de tratamientos invasivos pueden justificar el grado de absoluta.

La sentencia en trabajadores, empresas y doctrina sobre incapacidad permanente

El fallo aporta seguridad jurídica a quienes, tras una cirugía de columna, continúan con un dolor incapacitante y no logran reincorporarse. También invita a las empresas a extremar la prevención y la adaptación de puestos cuando persistan secuelas.

Para los afectados, la clave será documentar de forma exhaustiva la evolución clínica y la respuesta terapéutica. Este caso demuestra que, con pruebas sólidas, es posible revertir resoluciones del INSS y acceder a la pensión íntegra por incapacidad permanente absoluta.

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