Un Jubilado de 67 años le paga la casa a su hija, le cambia las cerraduras de la casa y termina con orden de desalojo: la hija planeaba vender la casa

Creyó que podría vivir en la casa que financió, pero la justicia respalda la propiedad exclusiva de su hija

El señor Wang, un jubilado de 67 años, afronta un inminente desalojo ordenado por un tribunal tras ayudar económicamente a su hija a adquirir una vivienda en Gradignan (Francia). Aunque él aportó la mayor parte del dinero para su compra en 2014, la titularidad legal recayó únicamente en ella, generando un conflicto familiar que ha desembocado en una sentencia que obliga al padre a abandonar la casa sin posibilidad de recurso inmediato.

¿Te has planteado alguna vez qué ocurre si financias una vivienda que no está a tu nombre? El señor Wang se instaló sin permiso a principios de año, cambiando cerraduras y convencido de que, al haber aportado la mayoría del dinero, tenía derecho a residir allí. Sin embargo, el titular registral es el único con poder legal sobre la propiedad, lo que ha dejado al jubilado en una situación muy vulnerable.

Esta experiencia pone de manifiesto la importancia de regularizar cualquier inversión en inmuebles, sobre todo cuando existen lazos familiares de por medio. De no hacerlo, el comprador oficial conserva todos los derechos, pese a las contribuciones externas que se hayan realizado.

El fallo judicial que confirma la titularidad exclusiva y fuerza el desalojo inevitable

La justicia francesa fue tajante al desestimar los argumentos de Wang, que alegaba haber vendido su casa en Pekín con el propósito de jubilarse junto a su hija. El juez recordó que el título de propiedad pertenecía exclusivamente a la joven y, por tanto, ella puede disponer de la vivienda sin necesidad de consentimiento paterno.

Al enterarse de que su padre residía allí sin su autorización, la hija decidió tomar acciones legales. El tribunal dictaminó que, si el jubilado no abandona el inmueble por voluntad propia, será la policía quien ejecute el desalojo. “No tengo adónde ir”, lamentó el afectado, quien se enfrenta a la calle como única opción inmediata.

Medidas legales y últimas esperanzas que el padre solicitó antes de ser expulsado

El abogado de Wang intentó prolongar al menos un año la estancia del jubilado en la vivienda, argumentando su edad avanzada y la ausencia de la propietaria. No obstante, dichas peticiones fueron rechazadas por la corte, que subrayó la prioridad del derecho registral y la intención de la hija de vender la casa sin retrasos adicionales.

Antes de llegar a juicio, el padre trató de negociar un acuerdo amistoso, pero el deterioro de la relación familiar y el interés de la hija por enajenar el inmueble complicaron cualquier entendimiento. “Creí que podía vivir allí; no pensaba que me echarían a la calle”, expresó Wang con evidente consternación.

DatoDescripción
Ubicación de la viviendaGradignan (Francia)
Año de compra2014
Contribución económicaMayoritaria por parte del padre
Titular legalExclusivo de la hija

Consecuencias de un conflicto de esta naturaleza

A continuación, se resumen algunos efectos que pueden surgir en casos similares:

  1. Deterioro irreversible de las relaciones familiares.
  2. Pérdida de la inversión realizada por falta de respaldo legal.
  3. Procedimientos judiciales largos y costosos.

Como vemos, la falta de acuerdos por escrito o la ausencia de garantías jurídicas generan incertidumbre y pueden conducir a desahucios traumáticos, incluso para quienes contribuyeron sustancialmente a la compra de la vivienda.

El señor Wang, a sus 67 años, ha comprobado de forma amarga que la titularidad legal prevalece sobre cualquier aportación económica no oficializada. Su caso sirve de advertencia para otros jubilados que deseen apoyar a familiares con la compra de una casa sin tomar precauciones legales. Ante situaciones así, lo más recomendable es buscar asesoramiento y dejar claros los términos de la inversión desde el principio.

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