La EFSA advierte sobre la presencia de glicoalcaloides en las patatas y ofrece pautas para evitar náuseas, vómitos o diarrea al consumirlas. Conoce qué debes hacer si ves brotes o manchas verdes.
¿Te has encontrado alguna vez con patatas que comienzan a brotar en la despensa? En los últimos meses, cada vez es más frecuente ver esos tallos que sobresalen y un cambio de coloración hacia zonas verdosas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha lanzado un aviso para que la población extreme las precauciones, ya que los glicoalcaloides presentes en este tubérculo pueden provocar problemas gastrointestinales, especialmente en bebés y niños pequeños.
Por qué los glicoalcaloides de las patatas representan un riesgo para la salud humana
Los glicoalcaloides, entre ellos la alfa-solanina y la alfa-chaconina, son compuestos que se concentran en las zonas verdes de la patata y en los brotes. Según la EFSA, una ingesta mínima de 1 miligramo por kilo de peso corporal puede desencadenar síntomas como náuseas, vómitos o diarrea. De ahí que sea fundamental revisar el estado de estos tubérculos antes de cocinarlos.
Los expertos destacan que la probabilidad de alcanzar concentraciones tóxicas es mayor en la población infantil. Por tanto, conviene no subestimar el riesgo y adoptar algunas medidas preventivas al comprar y conservar las patatas en casa.
El motivo por el que cada vez aparecen más brotes en las patatas
Según el divulgador científico Miguel Ángel Luruea, uno de los factores que explican el aumento de patatas germinadas es la prohibición del clorprofam, un inhibidor en polvo que se usaba para frenar el brote. Al no poder emplearse esta sustancia, resulta más habitual encontrar esos “tallos” emergiendo al poco tiempo de almacenar el producto.
¿Te preguntas cómo evitar que tus patatas broten tan rápido? Una de las claves es conservarlas en un lugar fresco, seco y a oscuras, pero no en la nevera, ya que el frío puede alterar su composición, favoreciendo la formación de azúcares que desembocan en un sabor más dulce y una mayor probabilidad de generar acrilamida al cocinar.
Consejo | Motivo |
---|---|
Guardar en lugar oscuro | Evita la formación de glicoalcaloides |
Mantener temperatura fresca | Reduce la aparición de brotes |
Consumir en pocas semanas | Minimiza la acumulación de solanina |
No refrigerar las patatas | El frío acelera reacciones indeseadas |
Cómo reducir la presencia de solanina y evitar consecuencias gastrointestinales
Cuando ya han salido brotes o zonas verdes, lo ideal es cortar un centímetro alrededor de estas partes para eliminar la concentración de glicoalcaloides. En caso de que la patata presente demasiados brotes o esté muy dañada, se recomienda desecharla.
Además, para disminuir estos compuestos tóxicos, conviene cocinar las patatas a temperaturas moderadas y durante el tiempo justo. El hervido reduce hasta un 65% la concentración de solanina, mientras que la fritura puede eliminar hasta un 90%, siempre que no se supere los 170 °C para evitar la formación de otras sustancias perjudiciales.
Aquí tienes una breve lista con otras recomendaciones sencillas:
- Evita comprar sacos grandes si no vas a consumirlos rápido.
- Revisa detenidamente las patatas antes de comprarlas y descarta las que ya tengan brotes o manchas verdosas.
- Pela siempre la piel y retira generosamente las partes afectadas.
Principales recomendaciones de la EFSA y la OCU sobre las patatas con brotes
Tanto la EFSA como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han subrayado la importancia de establecer límites máximos de glicoalcaloides en estos alimentos.
Aunque la regulación europea no ha fijado aún nuevos topes, las autoridades comunitarias están valorando medidas para prevenir intoxicaciones y proteger a la población más vulnerable.