Sevilla cierra una de sus fábricas más emblemáticas parando la producción y comercialización: que será de La Cartuja

Ultralta, la dueña actual de La Cartuja de Sevilla, pide la liquidación en los juzgados de Sevilla tras acumular deudas con Hacienda y la Seguridad Social. La fábrica detiene “por razones técnicas” la producción y la comercialización, y dará salida al género almacenado.

La histórica loza sevillana echa el cierre después de casi dos siglos de actividad. La actual propietaria, Ultralta, ha solicitado la liquidación al no poder afrontar las deudas acumuladas, superiores a dos millones de euros. En su web se comunica que “por razones técnicas nos hemos visto abocados a parar la producción y detener la comercialización por un plazo no determinado”.

Por qué La Cartuja de Sevilla liquida su stock y cierra actividad

El cese llega tras un periodo prolongado de dificultades financieras. Según la información disponible, las deudas con Hacienda y la Seguridad Social hacen inviable mantener la actividad. La compañía anuncia un parón indefinido y la liquidación del stock: se dará salida a las vajillas almacenadas, piezas que muchos coleccionistas consideran icónicas. ¿Quién no reconoce el modelo 202 Rosa, emblema desde 1845?

Claves rápidas del cierre y la liquidación

  • Parón de producción y ventas “por razones técnicas”.
  • Solicitud de liquidación por Ultralta en los juzgados de Sevilla.
  • Deudas superiores a dos millones con Hacienda y Seguridad Social.
  • Plantilla reducida a unos 36 trabajadores, con actividad detenida.
  • Salida del stock almacenado en Salteras en fase de liquidación.

Estas son las coordenadas básicas de un proceso que, por ahora, no tiene fecha de reanudación. En la web se facilita un correo y un teléfono para consultas de clientes.

Cómo afectará el cierre a clientes, coleccionistas y trabajadores de la fábrica

El cierre cae como un jarro de agua fría para aficionados a la mesa y la artesanía. Los clientes podrán interesarse por las existencias disponibles, mientras coleccionistas e interioristas miran con lupa los últimos lotes. ¿Habrá margen para evitar el final? Los trabajadores, una treintena larga, buscan la mediación de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Sevilla para explorar soluciones que eviten el cierre total. Ojalá llegue una salida, porque perder este oficio duele.

A modo de guía rápida, esta cronología ayuda a situar la trayectoria y el desenlace provisional:

AñoHecho clave
1841Fundación por Charles Pickman en el Monasterio cartujo de Sevilla
1845Nace el diseño icónico 202 Rosa de inspiración oriental
1871Proveedor oficial de la Casa Real; título de marqués de Pickman
1982Traslado a Salteras; entrada de Rumasa en la compañía
Años recientesReediciones y colaboraciones con ilustradores contemporáneos
Hace unos díasUltralta solicita la liquidación; parón “por razones técnicas”

La tabla resume una historia larga y compleja, marcada por etapas de esplendor y crisis que desembocan en el escenario actual.

Historia, modelos emblemáticos y reconocimiento real de la porcelana sevillana

La Cartuja nació en 1841, cuando Charles Pickman trajo a Sevilla a los mejores artesanos ingleses. Su loza estampada, de esencia británica y eco oriental, triunfó en España y Europa. En sus mejores años la fábrica llegó a contar con más de 20 hornos y 1.200 empleados. El diseño 202 Rosa se convirtió en seña de identidad, y el sello de proveedor real reforzó su prestigio.

En tiempos recientes, la marca reeditó clásicos y colaboró con creadoras como Carmen García Huerta (serie ‘Geórgica’) o Ana Jarén (‘New Talents’). Siempre con su ADN: materiales como cuarzo, caolín o feldespato, técnica de calcomanía y acabado serigrafiado. Dicho de otro modo, piezas hechas como antes, una a una, sin prisas.

Qué pasos han llevado a la liquidación judicial y quiénes intervienen

El siglo XX trajo un declive progresivo: crisis, falta de modernización y sucesivos cambios de manos (Invertécnica, Estudesa, Plusvalores, San Claudio, Rumasa y, por último, Ultralta). Hubo embargos, querellas y concursos. Incluso se intentó abaratar costes trasladando parte de la producción a Marruecos, sin éxito. La última producción para Cruzcampo salió hace apenas unas semanas.

El golpe definitivo llega ahora con un nuevo embargo y sin liquidez para atender deudas. Por consiguiente, Ultralta pide la liquidación y la empresa detiene su actividad. Las administraciones andaluzas han sido señaladas por la plantilla como posibles mediadora

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