Por qué no deberías de matar a esta especie de araña: te está protegiendo de peligros mayores

Encontrarte una telaraña en pleno pasillo no tiene por qué ser sinónimo de casa descuidada. Con el calor apretando y la calima colándose por las ventanas, estos inquilinos de ocho patas buscan cobijo igual que tú buscas aire fresco. Y sí, el primer impulso suele ser zapatilla en mano y asunto resuelto. Pero, ¿y si esa patona larguirucha resulta ser tu mejor guardaespaldas casero? El tiktoker Miguel Assal lo resume sin rodeos: “Si ves esta araña en tu casa, no la mates. Te está protegiendo. Te puede salvar la vida”. Así que, antes de darle pasaporte, quizá te interese conocer sus “superpoderes” silenciosos.

¿Qué araña es la que ves colgada en la esquina?

La protagonista de esta historia es la araña de patas largas, también llamada araña patona o de los sótanos. Su aspecto tembloroso engaña: ni es frágil ni es peligrosa para ti. Vive feliz colgando sus redes desordenadas, casi como si el caos fuese parte de la decoración, y se alimenta de cualquier insecto despistado que se acerque demasiado.

De hecho, sus movimientos rápidos entre hilos pegajosos la convierten en una cazadora incansable, siempre al acecho de presas mucho más problemáticas que ella.

¿Por qué decimos que te echa un cable a diario?

Este arácnido actúa como un filtro natural contra plagas tan molestas como moscas, mosquitos, cucarachas o polillas. Su menú incluye incluso a otras arañas de mala fama, como la violinista o la viuda negra, ambas conocidas por sus picaduras complicadas. Al dejarla campar a sus anchas, reduces la necesidad de insecticidas químicos y, por extensión, evitas llenar la casa de aerosoles que luego respira toda la familia. En otras palabras: te hace el trabajo sucio sin cobrarte ni un euro.

¿Es peligrosa para tu familia? En absoluto. La araña patona no tiene veneno capaz de afectar a humanos y, salvo que la molestes a conciencia, ni siquiera intentará picarte. Su prioridad es mantener su red en orden y zamparse a cualquier insecto que caiga en ella. Las especies realmente peligrosas, como la viuda negra o la reclusa parda (violinista), son raras en interiores y, aun cuando aparecen, suelen evitar el contacto humano. Si detectas una de estas invitadas indeseadas y no estás seguro, lo sensato es contactar con control de plagas.

¿Cómo convivir con ella sin dramas?

Mantener la “colaboración” con tu araña vigilante es facilísimo:

  • Limpia con cabeza, sin destruir toda la red: aspira el polvo alrededor y deja su rincón intacto.
  • Ventila con frecuencia para que no se acumulen otros insectos que puedan atraer a especies menos amigables.
  • Retira trastos de rincones oscuros; así evitarás que arañas peligrosas hagan de las suyas.
  • Observa antes de actuar: si no reconoces la especie, mejor una foto rápida y consulta a un especialista.

Con estas cuatro pautas, tu hogar seguirá ordenado y, al mismo tiempo, contarás con una defensora gratuita que trabaja 24/7 sin quejarse. En suma, la próxima vez que veas a esa patona balancearse por el techo, recuerda que no es un intruso: es una aliada. Dejarla vivir puede ahorrarte picaduras y productos químicos, y todo sin pedirte más que un pequeño rincón.

Deja un comentario