Nueva prohibición en cafeterías que pilla por sorpresa a los clientes: adiós al uso del portátil

Muchos establecimientos de España han decidido vetar los dispositivos electrónicos, buscando recuperar la esencia tradicional de un lugar de encuentro y descanso.

Quienes estaban acostumbrados a trabajar con su ordenador portátil mientras saboreaban un café se han topado con una nueva norma: en cada vez más cafeterías está prohibido hacer uso de equipos informáticos. Esta medida, que ha desatado polémica, pretende evitar que los locales se conviertan en oficinas improvisadas y, de paso, favorecer la rotación de clientes. Los dueños de los establecimientos, por su parte, justifican la decisión como una forma de proteger la rentabilidad de su negocio y mantener un ambiente más relajado.

¿Por qué cada vez más cafeterías optan por prohibir el uso del portátil?

Para muchos propietarios, la proliferación del teletrabajo tras la pandemia generó un problema difícil de gestionar: mesas ocupadas durante horas con un solo café consumido y un portátil encendido. ¿Te imaginas entrar en una cafetería llena de pantallas y sin hueco para sentarte?

Esa situación ha motivado a numerosos locales a colgar carteles claros que avisan: “No se permite el uso de ordenadores”. Lejos de ser una medida arbitraria, buscan asegurar un espacio cómodo para quienes desean simplemente disfrutar de su bebida o charlar con amigos sin sentirse invadidos por un ambiente de trabajo.

Qué originan las restricciones impuestas por algunos establecimientos hosteleros

El primer punto de fricción es la escasa rotación de clientes, algo fundamental para la supervivencia de cualquier negocio de hostelería. Además, la presencia constante de teletrabajadores reduce la posibilidad de que otros clientes pasen y consuman. Por otro lado, mantener a varias personas conectadas durante horas supone gastos extras en luz, internet y mantenimiento de infraestructuras.

A continuación, se listan algunos motivos que explican este choque de intereses:

  1. Menor consumo por parte de teletrabajadores: se extiende la estancia con una sola consumición.
  2. Ambiente poco relajado: para algunos clientes, ver tantas pantallas resta atractivo a la cafetería.
  3. Falta de espacio: mesas ocupadas de forma prolongada dificultan la entrada de más clientes.
  4. Aumento de costes: uso de enchufes y wifi durante largos periodos.

Cómo se aplica el derecho de admisión en las nuevas normas de los locales

El derecho de admisión ampara a los dueños de cafeterías a establecer condiciones siempre que sean objetivas y no discriminatorias. Este marco legal les permite, por ejemplo, restringir el uso del portátil durante ciertas horas o en zonas concretas. Para que sea válido, basta con informar de manera visible mediante carteles o avisos en la entrada. Así, si llegas con la intención de trabajar, sabrás de antemano que la norma impide el uso de dispositivos electrónicos.

A modo de orientación, la siguiente tabla recoge ejemplos de las restricciones más comunes:

RestricciónHorarios habitualesObjetivo principal
Prohibición total de portátilesDe lunes a viernes, mañanasGarantizar rotación constante de mesas
Zonas libres de dispositivos electrónicosFines de semanaPromover un ambiente relajado
Limitación de uso en mesas con enchufesTodo el díaReducir el coste de electricidad

Alternativas viables para quienes teletrabajan y necesitan un espacio fuera de casa

¿Existe una solución que agrade a todos? Algunos locales están optando por una vía intermedia: habilitar espacios específicos para los teletrabajadores en días o tramos horarios determinados. De esta forma, se busca no perjudicar a quienes encuentran en la cafetería su lugar ideal para concentrarse, pero sin descuidar al público tradicional que solo quiere degustar un café y charlar.

Por su parte, muchos trabajadores están desplazándose a espacios de coworking o bibliotecas, especialmente aquellos que requieren una conexión estable y un ambiente adecuado para llamadas y videoconferencias. Así evitan molestias a otros clientes y se libran de las restricciones que han impuesto cada vez más cafeterías.

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