El arte del tatuaje no es, ni mucho menos, un invento del siglo pasado. Tiene miles de años de antigüedad y además esos dibujos de tinta sobre la piel no siempre han gozado del mismo reconocimiento social. A lo largo de los años y a lo ancho de las culturas, llevar tatuajes puede significar tener cierto estatus social, pertenecer a un determinado grupo social y, en algunas ocasiones, han sido objeto de discriminación por parte del grueso de la sociedad.
Los tatuajes eran una forma de expresión artística que predominaba en América del Sur en su época prehispánica. En 1981 se hallaron en Perú, cerca de Lima, unas momias que mantenían la piel en muy buenas condiciones y que parecía estar cubierta por dibujos de tinta sobre ella. Gracias al radiocarbono, pudo determinarse que esas momias eran de entre 1222 y 1282 (época preincaico y precolombina) y que, por lo tanto, pertenecían a la cultura de los Chancay, una tribu que se asentaba entre la costa y los Andes peruanos.
La técnica láser que ha permitido estudiar los tatuajes
Un grupo de expertos paleontólogos de la Universidad China de Hong Kong ha podido estudiar y analizar momias de distintos yacimientos de la cultura Chancay justo del periodo anterior a la absorción por parte del Imperio Inca. En los últimos meses, este equipo de investigación ha podido usar una técnica de iluminación pionera: la fluorescencia estimulada por láser (LSF por sus siglas en inglés).
Esta tecnología ilumina el tatuaje desde dentro de la piel, llevando su luz al interior de la misma. De esta forma, se perciben mucho mejor los detalles del dibujo de tinta, incluso los difuminados por el paso de los siglos, y recuperan tonos y patrones geométricos hechos con líneas de 0,1 a 0,2 milímetros de grosor. Seguramente estos tatuajes se hacían con un hueso hueco muy afilado o un pincho de cactus.
Se sabe que los tatuajes se desvanecen y sangran con el paso del tiempo. Este efecto se agrava en las momias por la descomposición del cuerpo y hace que sea aún más complicado ver y estudiar con precisión los dibujos. Gracias a esta técnica de láser, es posible hacerlo al detalle. Este sistema de luz funciona de la siguiente forma: normalmente, la luz blanca se refleja en la superficie de la piel y la luz infrarroja penetra el tejido, reflejándola hacia fuera; pero con el láser LSF se ilumina el material que se encuentra debajo del tatuaje desde el interior.
Los tatuajes en la cultura Chancay
Los arqueólogos y paleontólogos que estudian la evolución de las especies conocen muy bien como cada grupo de humanos que fue surgiendo se diferenciaba de otros grupos adoptando sus propias costumbres y símbolos. En el caso de las culturas precolombinas, los tatuajes conformaban un signo importante en la configuración de sus sociedades. Pero los tatuajes de las momias de los Chancay muestran una diferencia con el resto. Y es que mientras en otras culturas esta práctica estaba reservada a personas de elevado estatus social, los Chancay no los realizaban solo a este tipo de personas, sino que también los llevaban grupos sociales de estatus más bajo, según afirma Judyta Bąk, arqueóloga y también coautora del estudio que ha analizado en profundidad estos tatuajes.
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