Unos estudios recientes han demostrado que los cangrejos y las langostas pueden experimentar dolor de diferentes formas. Con la llegada de las fechas navideñas, el consumo de crustáceos y mariscos aumenta y, por tanto, su cocinado. La práctica habitual para cocinarlos es hervirlos cuando aún están vivos. Los estudios que han trabajado con crustáceos han demostrado que efectivamente estos animales sufren cuando son cocidos. La Dra. Lynne Sneddon, zoofisióloga de la Universidad de Gotemburgo, cree que deberíamos replantearnos el trato que le damos a estos animales marinos. “Si queremos seguir comiéndolos, tenemos que encontrar formas menos dolorosas de matarlos, porque ahora tenemos pruebas científicas de que experimentan dolor y reaccionan ante él”, segura la científica.
El estudio que demuestra que los crustáceos sienten dolor
Los investigadores observaron que los cangrejos y las langostas, al estar expuestos a estímulos externos potencialmente peligrosos o dañinos, como descargas eléctricas o ácidos, rehuían del mismo en situaciones posteriores para evitarlo. Para el equipo de la Universidad de Gotemburgo que realizó el estudio, este comportamiento podría significar que los animales estaban experimentando dolor.
Eleftherios Kasiouras, estudiante de doctorado y director del estudio en cuestión, se encargó en primera persona de realizar las pruebas para comprobar las premisas de las que partían. La prueba principal consistió en colocar unos electrodos que medían la actividad cerebral en un cangrejo de tierra para luego ser sometido a estímulos tanto mecánicos como químicos. El director asegura que pudieron observar como el cangrejo aumentó su actividad cerebral al aplicar una sustancia química dolorosa en sus tejidos blandos, lo que significaría que el crustáceo tiene receptores de dolor en dichos tejidos.
Lo mismo ocurrió cuando presionaron con algo de fuerza y de forma externa varias partes del cuerpo del animal. Además, se pudo comprobar que la respuesta de dolor fue más corta y más intensa cuando aplicaron la fuerza física que cuando aplicaron la sustancia química, que produjo un efecto más duradero. Esto sugiere, en definitiva, que los cangrejos tienen un sistema de detección del dolor que envía mensajes a sus cerebros cuando experimentan estímulos dañinos.
La importancia de los crustáceos en el ecosistema marino
Los crustáceos desempeñan un papel fundamental en sus ecosistemas. Son tanto depredadores como presas, y de esta forma mantienen el equilibrio de las redes alimentarias marina y de agua dulce. Además, para los seres humanos que los consumen, son una importante fuente de alimentación. Y también son especialmente valiosos para la investigación científica. El problema que genera el uso masivo de estos animales, sea para el fin que sea, es la sobrepesca y la destrucción de su hábitat, creando a su vez desafíos para una mayor sostenibilidad y la necesidad de creación de unas mejores prácticas con respecto a su pesca y trato.
Hoy en día, los crustáceos no están cubiertos por una legislación global sobre bienestar animal, por lo que de momento no existe una normativa que prohíba hervirlos vivos, pero con estas nuevas evidencias, se pretende que esto cambie en un futuro. Los científicos son los primeros que abogan por este cambio legislativo y reconocen que tienen que seguir investigando para encontrar formas menos dolorosas de matar a estos animales para su consumo. Pero también apelan a la compasión humana y a que los consumidores apoyen a empresas que prioricen e implementen prácticas menos crueles con estos animales.
El estudio completo se publicó recientemente en la revista Biology (MDPI), editorial de revistas científicas de acceso abierto creada en 1996 en Suiza.
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