Los astronautas llevan años viajando al espacio exterior en diferentes misiones, algunas más largas que otras, para seguir explorando satélites y otros planetas. En la Estación Espacial Internacional pasan sus días mientras realizan nuevos hallazgos sobre el espacio. Un momento de lo más curioso para los astronautas es cuando tienen que comer, y es que, al parecer, la comida fuera de la Tierra no sabe igual que aquí.
Aunque se preparen en nuestro planeta y se envíe envasada al vacío, una vez abierta allí, los sabores cambian por completo. Algunas veces la comida sabe mal, otras no tienen sabor y en otras ocasiones la comida simplemente tiene un sabor diferente al que suelen tener, pues depende de cada astronauta. La ciencia todavía no ha sabido encontrar una explicación concreta para este fenómeno, pero lleva varios años intentando hacerlo. Diversos estudios, enviar comida con extra de sabor, incluso plantar un huerto en el espacio, son algunas de las acciones que ha realizado en los últimos años.
Los motivos del mal sabor de la comida en el espacio
Como no ha sido posible establecer aún ninguna razón concreta, los científicos barajan dos motivos principales por lo que la comida cambia su sabor en el espacio. La primera razón que se baraja es que debido a la acumulación de fluidos en la cabeza (por la falta de gravedad, los fluidos corporales se desplazan hacia las partes superiores del cuerpo) provoca la famosa hinchazón facial y congestión nasal. Por ello, es lo mismo que nos sucede cuando estamos resfriados y no saboreamos igual la comida.
Pero se dieron cuenta de que una se pasaba esta congestión inicial por la llegada al espacio, los astronautas seguían sin disfrutar de su comida. Por eso, la Universidad Real Instituto Tecnológico de Melbourne realizó un experimento para esclarecer este enigma. Y llegaron a una curiosa conclusión. Y es que, al parecer, podrían influir en la percepción de los olores y sabores los largos periodos de aislamiento y de incomodidad. Es decir, el problema también radicaría en factores psicológicos.
El estudio realizado ha consistido en poner a prueba a 54 participantes. Un grupo lo realizó en un entorno normal y otro lo hizo en la Estación Espacial Internacional a través de unas gafas de realidad virtual. En esta representación, los sujetos veían objetos flotantes y percibían un sonido que imitaba los fuertes sonidos que se experimentan en la Estación Internacional Espacial en la realidad.
Los participantes recibieron muestras de tres olores: limón, almendra y vainilla. Aquellos que estaban en la simulación de estar en el espacio, percibieron la almendra y la vainilla de forma más intensa que lo hicieron desde un entorno normal. Mientras que el limón se mantuvo igual para ambos ambientes. Esto indica que la clave podría estar en el benzaldehído, un compuesto aromático volátil que está presente en las almendras y la vainilla, pero no en el limón. Por lo que sería un principio para comenzar a investigar qué comidas aguantan mejor su sabor en el espacio.
Los esfuerzos de la NASA por mejorar la alimentación en el espacio
Tanto la NASA como otras agencias espaciales se preocupan por mejorar la calidad de los viajes espaciales de sus trabajadores. Hace muchos años, lo que se enviaba en los viajes espaciales era una pasta nutricional con sabores artificiales, pero esto quedó atrás. Ahora envían comida sólida, dulce y salada, para que los astronautas tengan una experiencia mejor durante su misión. Solo les queda conseguir que los sabores se mantengan o, que al menos, sean agradables para ellos.
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