Cuando una persona se compra un coche tiene que enfrentarse a una gran variedad de opciones y modelos, según sus necesidades y presupuestos. Tras tomar la decisión sobre la compra, tendrá que resolver otra: la contratación del seguro del vehículo. En España, poseer uno de estos seguros es obligatorio para la circulación y no tenerlo puede acarrar una de las multas más caras a las que se enfrente un conductor.
Igual que hay varios modelos y marcas de coche donde elegir, también existen varios tipos de seguros y empresas con las que contratarlo. El conductor tendrá que elegir entre el que más se ajuste a su situación: los hay con más o menos coberturas y servicios y de esto dependerá que el precio sea más elevado o menos.
Cuidado con las pólizas low-cost
En los últimos años, han proliferado las pólizas low-cost que llaman la atención de los conductores y que, tras la inversión de dinero para comprar el coche, quieren ahorrar con el seguro para cumplir con el requisito legal. Pero cuidado con estos tipos de seguros porque, en ocasiones, estas gangas pueden esconder algunas “trampas” que finalmente nos cuesten más dinero del esperado.
Precisamente, si se trata de un coche nuevo, habrá que estar atento y ser cuidadoso con la elección del seguro. O quizás simplemente queramos cambiar de compañía o de tipo de póliza. En cualquier caso, deberemos leer bien los contratos y las condiciones antes de firmar cualquier documento. En concreto, deberemos prestar especial atención a la letra pequeña y tener cuidado con algunas cláusulas que puedan resultar confusas.
Uno de los aspectos más relevantes de las pólizas de los seguros es la franquicia contratada, por lo que habrá que prestar especial atención a este apartado. La franquicia es el límite de la parte del coste de los daños que la compañía aseguradora no tendrá que pagar. Por ejemplo, si un cliente tiene contratado un seguro con la franquicia en 200 euros, los arreglos que sean inferiores a esa cantidad, serán asumidos por el conductor y, si supera esa cifra, se hará cargo la aseguradora. Por lo que, hay que tener cuidado para que esa franquicia no sea muy elevada.
La limitación de otros servicios
Si bien la franquicia puede ser una de las cláusulas más importante, también hay que tener en cuenta las prestaciones de otros servicios. Por ejemplo, hay tipos de seguros que son más baratos, pero que penalizan al conductor si este tiene un accidente, aunque no haya sido su culpa. También es posible que no se ofrezcan muchos talleres a los que acudir en caso de necesitarlo o limitar las asistencias urgentes en carreteras, dejando tirado al conductor cuando más lo necesita.
Además, existe la posibilidad de que los servicios de atención a clientes sean limitados a una gestión a través de una aplicación o de una web, eliminando al agente telefónico. A pesar de esto, los seguros low-cost no tienen por qué ser una mala opción para nuestro caso concreto, simplemente tendremos que estar más atentos a las cláusulas que se establezcan.
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