El conductor siguió el GPS y terminó en un vial de servicio de la T4; AENA y el implicado discrepan sobre cómo burló los controles.
Un giro equivocado del navegador acabó en sobresalto este martes 18 de febrero en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid‑Barajas. Un joven que iba a buscar a su abuela accedió con su turismo a una zona reservada próxima a las pistas de la T4 y fue detenido por la Guardia Civil, que mantiene el recinto en nivel 4 de alerta antiterrorista.
Cómo un conductor alcanzó la zona restringida de Barajas pese a la alerta de seguridad
¿Quién no ha confiado alguna vez ciegamente en su GPS? El chico, siguiendo a un vehículo de mantenimiento, cruzó la barrera sin detenerse. Las cámaras lo localizaron a la salida del túnel interno y las patrullas lo interceptaron antes de que alcanzara las pistas, donde operarios de Iberia y otras aerolíneas trabajaban con normalidad. Antes de entrar en detalles, revisa esta breve cronología:
Hora aprox. | Hecho |
---|---|
12:05 | Acceso tras vehículo de mantenimiento |
12:10 | Vigilancia detecta la infracción |
12:12 | Guardia Civil intercepta el coche |
Qué dice la versión oficial de AENA y en qué difiere del relato del joven detenido
AENA subraya que «el coche nunca entró en área de maniobras», remarcando que la intrusión quedó en un vial secundario. El comunicado habla de “vulneración grave” y anuncia una investigación interna. El implicado, por su parte, insiste en que no halló controles: “No había nadie vigilando y fui yo quien avisó”.
Lista rápida de los puntos en disputa:
- Presencia de controles físicos: AENA sostiene que existen; el joven los niega.
- Modo de detección: cámaras versus aviso voluntario.
- Proximidad a las pistas: la empresa lo descarta; el conductor dice que estuvo “a metros”.
La Guardia Civil instruye diligencias por acceso no autorizado, falta que puede derivar en multa y, en casos graves, pena de cárcel. La investigación conjunta con AENA examinará si fallaron los protocolos o si bastó la casualidad de una barrera abierta. ¿Moraleja? Verifica la señalización física y, si tu GPS te lleva a un túnel demasiado privado, pisa el freno y pregunta.
En todo caso, el incidente reaviva el debate sobre la seguridad en uno de los aeropuertos más transitados de Europa y recuerda que, incluso en entornos vigilados, un simple despiste puede poner en jaque al sistema.