En determinados casos, los trabajadores con fibromialgia pueden acceder a una prestación; si se reconoce en grado de absoluta, alcanza el 100% de la base reguladora tras la valoración del EVI.
La fibromialgia puede incapacitar de por vida y, según los casos, abrir la puerta a una pensión de incapacidad permanente. ¿La clave? Acreditar que la enfermedad impide desempeñar el trabajo y que limita también la vida cotidiana. Cuando el grado reconocido es de absoluta, la prestación puede llegar al 100% de la base reguladora.
Quién puede obtener la incapacidad permanente por fibromialgia y por qué motivos acreditados ante el EVI
Para lograr la prestación, el trabajador debe demostrar una afectación directa en su empleo y acudir al tribunal médico (EVI). Este equipo no concede la pensión, pero emite un dictamen que la dirección provincial de la Seguridad Social suele tener muy en cuenta. En palabras de un bufete especializado, “Es bastante común que por fibromialgia se consiga una incapacidad permanente”.
¿Y qué pruebas ayudan a sostener la solicitud? Conviene presentarlas con detalle:
- Acreditar que la fibromialgia impide seguir en el puesto y limita la vida diaria, con apoyo en el test FIQ y en los “puntos gatillo”; en los casos más graves, se exige al menos 18 puntos gatillo y “una medicación vitalicia y agresiva que perjudique en gran medida la capacidad cognitiva”.
En profesiones de esfuerzo físico, puede reconocerse la incapacidad permanente total cuando la fibromialgia sea de Grado II (moderada). ¿Trabajos más sedentarios? También cabe la total si está “asociada a otras o producía algias generalizadas”. “Ante todo, cuando se presenta un cuadro de astenia generalizada”, subrayan como criterio de peso.
Cuándo puede alcanzarse el 100% de la pensión por incapacidad permanente absoluta
La pensión del 100% de la base reguladora corresponde a la incapacidad permanente absoluta, reservada a quienes quedan inhabilitados para cualquier trabajo. Para que la fibromialgia llegue a ese nivel, suelen concurrir cuadros de Grado III (severa) y otras patologías relevantes (fatiga crónica, lumbalgia, depresión, gonartrosis o colon irritable, entre otras). Además, la incapacidad absoluta no puede compatibilizarse con ingresos por trabajo. ¿Te preguntas si tu situación encaja? La valoración médica y funcional es decisiva.
A continuación, un resumen práctico de las diferencias entre los dos grados más citados en estos casos:
Grado reconocido | Qué implica en el empleo | Importe sobre base reguladora | Compatibilidad y observaciones |
---|---|---|---|
Total | Incapacita para el trabajo habitual, pero no para otro distinto | 55% | Posible desempeñar otra actividad compatible con las limitaciones |
Absoluta | Incapacita para cualquier trabajo | 100% | No compatible con ingresos por trabajo |
En consecuencia, elegir bien la vía y documentar las secuelas reales puede marcar una diferencia económica notable. Por tanto, resulta útil preparar la cita con el EVI con informes clínicos y funcionales completos.
Ejemplos de sentencias y criterios frecuentes sobre fibromialgia en la Seguridad Social
¿Hay resoluciones que respalden estos reconocimientos? Sí. Se han acreditado casos de incapacidad permanente absoluta en trabajadoras administrativas con fibromialgia y obesidad mórbida, y supuestos de gran invalidez (ahora gran incapacidad) cuando, junto a la fibromialgia, concurren deterioro cognitivo, amnesia, incontinencia y lupus eritematoso. De ahí que el impacto conjunto de las dolencias y la medicación cobre tanta importancia práctica.
En suma, la fibromialgia por sí sola no garantiza la pensión, pero en función del grado, de las secuelas y de la afectación en la vida laboral y cotidiana, puede reconocerse desde la incapacidad total (55% de la base reguladora) hasta la absoluta (100%). ¿El primer paso? Acreditar con rigor cómo te limita la enfermedad y pasar por la valoración del EVI, cuyo dictamen, aunque no vinculante, suele pesar en la decisión final.