La dura realidad de Fernando Romay y otros olímpicos que no pudieron cotizar en la Seguridad Social: ahora ven comprometida su jubilación

El exjugador del Real Madrid, de 65 años, relata que no pudo cotizar en la Seguridad Social durante su etapa profesional; más de un millar de olímpicos estarían en la misma situación, con efectos directos en su futura pensión.

Fernando Romay y Coral Bistuer ponen voz a una generación de deportistas que no pudo cotizar a la Seguridad Social hasta los años noventa. El exinternacional explicó el pasado jueves, 24 de julio, en Antena 3, que su caso no es aislado: afecta a más de un millar de olímpicos que reclaman una pensión justa en la jubilación. ¿Qué significa esto para su prestación? Que las lagunas de cotización condicionan el cálculo final.

Quiénes son los deportistas afectados y por qué su pensión se resiente

La denuncia es clara. Romay contó que »No cotizábamos porque no nos dejaban. Era imposible. Para participar en los Juegos Olímpicos no podías ser considerado deportista profesional y eso implicaba que no podías cotizar a la Seguridad Social. Yo no pude cotizar hasta 1993». Bistuer abundó en la misma línea: empezó con 16 años y todos esos años de entrenamientos y logros no computaron hasta los noventa. De ahí que la pensión se vea mermada: menos años cotizados, menor base de cálculo.

¿Quiénes reclaman este reconocimiento? Principalmente deportistas de élite que compitieron en los ochenta y principios de los noventa, cuando el sistema no les permitió cotizar. No es poca cosa: se trata de carreras enteras sin alta en Seguridad Social.

Cómo influyó la falta de cotización en Seguridad Social durante décadas

Además de la jubilación, hubo efectos cotidianos. Romay relató que »Si tenía que llevar a mis hijos al hospital público de La Paz en Madrid, sabía que después me llegaría una factura. Lo pagaba porque contaba con ello, pero no era justo». El problema venía de raíz: »No pude cotizar en la Seguridad Social en toda mi época en el Madrid, no podíamos ser autónomos y tributábamos como artistas y toreros, nunca como deportistas». En román paladino: sin encaje laboral, sin cotizaciones.

Por su parte, Bistuer contextualizó que en los ochenta el deporte no tenía el peso actual y que, pese a las obligaciones, no tuvieron derechos equivalentes en Seguridad Social. El resultado, por tanto, es una carrera deportiva brillante con una pensión que no lo refleja.

Claves del problema expuestas por los protagonistas

  • La imposibilidad de ser considerados profesionales impedía cotizar a la Seguridad Social.
  • No podían darse de alta como autónomos y tributaban “como artistas y toreros”.
  • Años de entrenamiento y éxitos previos a los noventa no computaron para su pensión.

En este escenario, ¿qué piden? Reconocimiento de ese trabajo y una solución para quienes siguen sin una prestación acorde a su trayectoria.

Qué piden ahora y qué pasos plantean para un reconocimiento justo

Los testimonios convergen en la misma demanda: que se reconozcan periodos sin cotización por causas ajenas al deportista. No obstante, en la información disponible no se detallan fechas de apertura de convocatorias, ni procedimientos concretos, ni documentación a presentar. La cuestión se sitúa en el ámbito de la Seguridad Social y en el debate público sobre cómo corregir la brecha que sufrieron.

El marchador Chuso García Bragado, de 55 años, lo ilustra con su horizonte laboral: »Teniendo en cuenta que me he retirado casi con 50 años en los Juegos Olímpicos de Tokio y que me he incorporado al mundo laboral hace bien poco, tengo asumido que voy a estar trabajando muchos años. Ahora soy podólogo y calculo que tendré que trabajar mucho más de los 70 años».

Fechas, situaciones y testimonios que ayudan a entender la polémica

A continuación se resumen los casos citados para facilitar la comprensión del lector. La tabla no sustituye los testimonios, pero los ordena y destaca el impacto en la pensión.

Nombre y trayectoriaSituación de cotización y efecto en la pensión
Fernando Romay (65)No pudo cotizar durante su etapa en el Madrid; comenzó a cotizar en 1993; pagó facturas hospitalarias; reclama una pensión acorde y que se reconozca el trabajo realizado.
Coral BistuerInició a los 16 años; los años de los ochenta no cotizaron hasta los noventa; denuncia que tenían obligaciones pero ningún derecho, con impacto en la futura prestación.
Chuso García Bragado (55)Retirado casi con 50 en Tokio; se incorporó recientemente al mercado laboral; prevé trabajar más allá de los 70 por el déficit de cotizaciones acumulado.

En conclusión, el problema no es individual, sino generacional. ¿Habrá una respuesta que permita ajustar las pensiones a una carrera deportiva sin cobertura? Por consiguiente, el debate se centra en cómo reparar esa laguna histórica en la Seguridad Social.

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