La despedida de la histórica fábrica de patatas Corominas que marca un antes y un después en Cataluña

La Audiencia Provincial de Barcelona ha confirmado la nulidad de la segunda marca Corominas por mala fe, mientras el concurso de acreedores de Patates Fregides Corominas SL se cierra con la venta de su maquinaria por 3.800 euros más IVA.

El conflicto familiar por la titularidad de la marca y la insolvencia de la empresa desembocan así en un doble desenlace: la victoria judicial de la rama heredera de la marca original y el cierre definitivo de unas instalaciones históricas en la ciudad.

Corominas: disputa familiar por la marca y concurso de acreedores

El origen del caso está en el registro, en 2017, de una nueva marca Corominas por la facción familiar representada por Joan Corominas y Josep Garcia, que gestionaba la fábrica de Badalona. La otra rama, encabezada por Anaïs Duran Corominas, heredera de la titularidad de la marca original inscrita en 1968, interpone demanda al entender que se lesionan sus derechos sobre el signo distintivo.

Tras conocerse la sentencia favorable a esta última rama, Patates Fregides Corominas SL entra en concurso de acreedores alegando insolvencia. El procedimiento, tramitado ante el Juzgado de lo Mercantil nº 6, concluye con la liquidación de la sociedad y el cierre del local de la calle Miquel Servet, que deja de albergar la maquinaria con la que se elaboraban las patatas fritas.

El fallo del Juzgado de lo Mercantil y la Audiencia de Barcelona

El Juzgado de lo Mercantil nº 8 de Barcelona, en sentencia de 1 de abril de 2022, estima la demanda de la rama de Anaïs Duran Corominas. El juez concluye que la segunda marca se registró sin conocimiento ni consentimiento de la titular de la marca original y con abuso de confianza, con la finalidad de obtener beneficios para Corominas SL, apreciando “mala fe” en la actuación.

La resolución otorga un peso especial al canal de venta ‘online’. Considera que la nueva marca, vinculada a la tienda digital y al dominio de comercio electrónico, habría excluido a los titulares de la marca original de un canal de venta en expansión, por lo que declara la nulidad absoluta del segundo registro. El 28 de julio de 2023, la Audiencia Provincial de Barcelona ratifica esta decisión en sentencia firme y subraya que la nueva marca dificultaba y perjudicaba la explotación de la anterior.

Liquidación de la maquinaria e impacto del caso Corominas en las empresas familiares

En la fase concursal, la documentación recoge que se venden “maquinaria y utensilios” de producción y una furgoneta con más de 27 años de antigüedad por 3.800 euros más IVA. El administrador concursal vincula este precio reducido a la antigüedad de los equipos, a su uso muy específico y a la falta de suministro eléctrico en las instalaciones desde el inicio del concurso, lo que complicó su comercialización entre posibles interesados.

Desde la óptica laboral y empresarial, el caso Corominas actúa como aviso para las empresas familiares que comparten marcas y licencias. La actuación calificada como de mala fe en el registro de un nuevo signo distintivo, unida a problemas económicos, puede acabar en concursos de acreedores, cierres de plantas históricas y pérdida de tejido productivo y empleo en el ámbito local.

Deja un comentario