Tras meses tachando días en el calendario, llega el gran examen y, con él, los nervios de un bautizo de fuego que dura cuatro horas y media. ¿Quién no ha temido dejar en blanco la casilla más obvia o, peor aún, pasarse de la raya con la grapadora? La escena es familiar: folios numerados, bolígrafos de repuesto y la sensación de que el futuro depende de un detalle minúsculo.
Ahora imagine que, superada la prueba con nota de sobresaliente, un formalismo le deja fuera sin contemplaciones. Suena a chiste burocrático, pero más de un aspirante andaluz a profesor lo está viviendo en carne propia. En plena ola de indignación, muchos denuncian que las oposiciones se han convertido en una carrera de obstáculos ajenos a la docencia.
¿Por qué miles de aspirantes se quedaron fuera nada más empezar?
El 21 de junio de 2025 se sentaron 42.000 personas, 6.000 de ellas malagueñas, para optar a una plaza de maestro o profesor en Andalucía. Trece días después, el 3 de julio, llegaron las notas… y el terremoto. Cientos de exámenes fueron invalidados de inmediato por fallos tan prosaicos como olvidarse de numerar un tema o estirar la memoria unas líneas de más.
Dato clave | Cifra o fecha |
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Aspirantes totales | 42.000 |
Aspirantes malagueños | 6.000 |
Fecha del examen | 21 jun 2025 |
Publicación de notas | 3 jul 2025 |
Exámenes anulados por faltas ortográficas | 4.000 |
Nota media de Lidia (tribunal 21) | 9,01 |
Tiempo máximo de la prueba | 4 h 30 min |
Quienes han quedado fuera insisten en que los tribunales sí llegaron a corregir el examen, y a poner notas altísimas, antes de descalificarlos. Para ellos, la transparencia prometida se torna ironía fina: la letra (Times New Roman, tamaño 12, ni un punto más) acaba pesando más que la pedagogía.
Errores de forma que cuestan una plaza: ejemplos concretos
Lidia, malagueña del tribunal 21 de Lengua Castellana, sacó un 8,875 en la parte práctica y un 9,13 en el tema “La Celestina”. Sin embargo, olvidó escribir el número del tema en la cabecera y quedó descartada. Leire (nombre ficticio), embarazada y también opositora, expuso su unidad didáctica con aparente normalidad: al día siguiente la avisaron de que su Plan de Apoyo sumaba media página más de las 50 permitidas.
A modo de recordatorio, estos son los deslices formales más señalados por los afectados:
- Número de tema ausente o mal colocado.
- Fuente distinta a Times New Roman 12 (un 13 arruina el sueño).
- Portada con “Cuerpo de Profesores” en vez de “Cuerpo de Maestros”.
- Plan o programación que excede 50 páginas, aunque sea por media.
Así, un exceso de celo tipográfico basta para segar meses de estudio a razón de 14 horas diarias sin pestañear.
¿Cómo afecta este filtro a la vida de los opositores?
Detrás de cada expediente anulado hay ahorros invertidos en cursos, homologaciones y academias; cenas familiares canceladas y una carga mental que no entiende de fines de semana. Lidia lo resume con resignación: siente que el sistema premia la meritocracia… siempre y cuando el mérito sea no cometer un desliz de maquetación. Leire, por su parte, denuncia que ni siquiera pudo llevarse un justificante de su defensa oral: “Son órdenes de arriba”, le comentaron.
La frustración se dispara cuando se sabe que algunos tribunales ya están readmitiendo a aspirantes por orden superior. “Queremos igualdad de trato”, reclama Beatriz, otra afectada de Málaga, al comprobar que el listón formal se ajusta según quién firme la orden del día.
Pasos prácticos para recurrir una invalidación y no rendirse
Antes de dar por perdida la oposición, conviene seguir un pequeño itinerario de supervivencia administrativa. En primer lugar, solicite por escrito el informe de anulación, nadie puede negarle esa copia, y revise la convocatoria oficial para localizar el artículo exacto que, según el tribunal, se ha incumplido. Después, presente un recurso de alzada ante la Dirección General de Personal Docente en el plazo de un mes. Por último, si la respuesta es negativa o no llega en tres meses, cabe interponer recurso contencioso‑administrativo (plazo de dos meses) con el apoyo de un sindicato o abogado especializado.
Conviene documentar cada paso y guardar resguardos: correos, pantallazos y justificantes refuerzan la reclamación. No garantiza la plaza, pero sí que la balanza vuelva a medir méritos docentes y no tipografías.
¿Qué dice la Consejería de Educación?
Desde el Parlamento, Adelante Andalucía y Por Andalucía han pedido explicaciones a la consejera Carmen Castillo. La responsable defiende que el proceso “es el más transparente a nivel nacional” y que los criterios formales, doble cara del folio, titulación correcta, ausencia de faltas graves de ortografía, estaban publicados desde febrero de 2025. Según la Consejería, 4.000 exámenes quedaron anulados por errores ortográficos “porque queremos a los mejores”.
Sin embargo, el goteo de readmisiones y la sensación de “circo” entre los opositores reavivan el debate: ¿debe pesar más un número en el encabezado que un 9,01 de media? Mientras se aclara la respuesta, miles de docentes siguen tachando días en su calendario particular, esta vez con la esperanza de que la próxima convocatoria mida conocimientos… y no el tamaño de la letra.