¿Sabes ese momento en que tiras el móvil al sofá porque la batería no aguanta ni un episodio? Imagina, entonces, un lago capaz de alimentar no solo tu teléfono, sino todos los coches eléctricos de Estados Unidos, y todavía sobraría energía para el mando de la tele.
Parece ciencia ficción, pero ese lago existe y se llama mar de Salton. Los científicos acaban de certificar que bajo sus aguas hay un tesoro que haría palidecer al tío Gilito. Hablamos de litio, el famoso “oro blanco” que está detrás de la revolución eléctrica. Y, para redondear el suspense, la montaña de metal vale, atención, más de 515.000 millones de euros.
¿Qué es el mar de Salton y por qué debería importarte?
Situado en el sur del estado de California (EE.UU.), el mar de Salton es el lago más grande de la región y, hasta hace poco, se ganaba la fama por ser un ecosistema problemático y algo tóxico. Sin embargo, desde hace tiempo los geólogos sospechaban que, bajo su superficie salobre, se escondía un depósito de litio considerable.
El Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) metió la mano en el bolsillo para financiar un estudio que despejara la incógnita. Lo que antes se calculaba en unos 4 millones de toneladas ha resultado ser, ni más ni menos, que 18 millones de toneladas de litio. Dicho de otra forma: donde creíamos haber encontrado un cofre con monedas sueltas, había en realidad todo un banco central submarino.
¿Cuántos millones están en juego bajo el agua?
Un primer repaso a las cifras deja claro que no hablamos de calderilla.
- 18 millones de toneladas métricas de litio, cuatro veces la estimación inicial.
- Capacidad para fabricar más de 382 millones de baterías de coche eléctrico.
- Valor bruto aproximado: 540.000 millones de dólares (unos 515.000 millones de euros).
Que nadie pierda de vista que el precio por tonelada ronda los 29.000 dólares; con semejante cantidad, el mar de Salton podría convertirse en una auténtica máquina de imprimir billetes… pero en versión mineral.
¿Cómo puede cambiar esto tu forma de moverte?
Michael McKibben, profesor de geoquímica en la Universidad de California en Riverside y coautor del estudio, lo resumió sin rodeos: “Esto podría hacer que Estados Unidos sea completamente autosuficiente en litio y dejar de importarlo a través de China”. Si se materializa, la cadena de suministro de baterías sería más corta, barata y, por consiguiente, los vehículos eléctricos también podrían bajar de precio.
Por tanto, la noticia no solo alegra a las compañías mineras; también puede significar coches eléctricos más asequibles y menos dependientes de mercados lejanos. En otras palabras, tu futuro coche podría llevar un pedacito del mar de Salton bajo el capó, reduciendo el temido “síndrome del enchufe caro” que hoy asusta a muchos conductores.
Recomendaciones prácticas para no quedarte atrás
En primer lugar, mantente atento a la evolución de este proyecto: cuando haya explotaciones en marcha, la oferta de baterías podría dispararse y los precios, moderarse. Eso se traduce en mejores oportunidades para cambiar tu viejo diésel por un eléctrico sin vender un riñón en el proceso.
Además, revisa las ayudas públicas vigentes para la compra de vehículos eléctricos; con un suministro nacional de litio más robusto, es probable que incentivos y planes de financiación mejoren o se amplíen. Por consiguiente, conviene ir preparando la hucha y la documentación para aprovechar la próxima ola de descuentos.