Si alguna vez has soñado con mudarte a un pueblecito, abrir la persiana de tu propio ultramarinos y, de paso, olvidarte un rato del alquiler, quizá hoy sea tu día. Castellolí, con sus 651 vecinos y su calma serrana a medio camino entre la Conca d’Òdena y Montserrat, acaba de sacar la artillería pesada (y muy tentadora). La propuesta combina casa gratis, 15.000 euros contantes y sonantes y la llave de Cal Peret, la tienda que lleva cerrada demasiado tiempo. ¿Tentador? Desde luego. ¿Fácil? No tanto, pero la recompensa promete llenar la despensa y el bolsillo a partes iguales. Sigue leyendo, porque el combo rural definitivo tiene letra pequeña… y hueco para nuevos inquilinos.
¿Cómo funciona el combo rural de Castellolí?
Castellolí no se anda con rodeos: quiere reabrir su único supermercado y, para lograrlo, ofrece un paquete digno de subrayar con rotulador fosforito.
- Vivienda gratuita en el propio municipio, sin cuota de alquiler mensual.
- Ayuda directa de 15.000 euros para arrancar el negocio sin quedarse a dos velas.
- Gestión de Cal Peret, edificio de 1889 que antaño fue tienda, horno y estanco.
- Prioridad para productos de proximidad, en especial los de la comarca y de Montserrat.
- Masovería urbana (te ocupas del local, lo mantienes y a cambio lo utilizas).
Por tanto, el Ayuntamiento quiere garantizar que los estantes no vuelvan a quedarse vacíos y, de paso, que la caja registradora reviva el trasiego de vecinos.
Reabrir Cal Peret: mucho más que volver a hacer la compra
El alcalde Joan Serra lo resume sin rodeos: Cal Peret era el corazón social de Castellolí, y sin corazón no late la vida de barrio. Recuperar el edificio significa devolverle al pueblo un punto de encuentro donde comentar el precio de la fruta o el gol del domingo. Además, atraerá a nuevos habitantes dispuestos a romper la estadística de la despoblación rural que, dicho sea de paso, encarece los servicios básicos y amarga la logística.
De ahí que el consistorio haya tirado de ingenio (y de chequera) para emular a otros municipios como Griegos o Ponga. La diferencia es que aquí la apuesta está centrada en un único comercio con historia y en reforzar el consumo de proximidad, esa costumbre tan de moda que, por suerte, esta vez vendrá con pan recién hecho.
¿Qué requisitos pide el Ayuntamiento y hasta cuándo?
Antes de lanzar la candidatura conviene repasar los mínimos indispensables: no vale con tener buena voluntad y un delantal bonito; hay que comprometerse por escrito.
Requisito | Detalle concreto |
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Proyecto de viabilidad | Incluir venta de productos locales de la Conca d’Òdena y Montserrat. |
Mantenimiento del inmueble | Asumir reparaciones y conservación de Cal Peret a cambio de su uso. |
Participación comunitaria | Integrarse en las actividades vecinales y eventos municipales. |
Régimen de masovería urbana | Gestionar el local sin alquiler, ocupándose de su puesta a punto y funcionamiento. |
En consecuencia, quien cumpla estos puntos podrá competir por una oportunidad que ya ha cruzado fronteras y ha salido en medios internacionales, todo un escaparate gratuito para un negocio que empieza.
Consejos para lanzarse a la aventura
Primero, calcula con lupa el presupuesto: los 15.000 euros ayudan, pero montar un supermercado implica stock, licencias y, cómo no, la temida caja registradora. Segundo, estudia la clientela potencial: 651 habitantes no suenan a multitudes, pero su fidelidad puede ser oro puro. Por otro lado, participa en la vida local desde el minuto uno; la comunidad premia a quien pone la oreja y el hombro.
Finalmente, revisa a fondo la figura de la masovería urbana: esto quiere decir que ahorras en alquiler, sí, pero también asumes la responsabilidad de mantener el inmueble en perfecto estado. Si todo encaja y el calendario no te pilla fuera de juego, aterriza en Castellolí antes del 9 de julio, prepara la apertura… y que empiece el ruido de la caja.