El consejo viral de la Guardia Civil que vuelve a circular entre las familias: toma nota podrías salvar una vida

¿Te suena ese silencio incómodo cuando alguien deja de masticar y empieza a toser sin éxito? A todos nos ha pasado en alguna comida familiar, en el bar de la esquina o incluso en una terraza veraniega. La escena parece de película, pero en España se repite con demasiada frecuencia y, lo peor, con un final trágico en más ocasiones de las que imaginamos.

Un hombre sin aliento en un bar de Villablino (León), un bebé de solo 13 días en Silla (Valencia) y una mujer de 60 años en su propia casa tras un trozo de jamón serrano son ejemplos recientes que (por desgracia) ilustran la gravedad del asunto. Los atragantamientos se han convertido en la segunda causa de muerte accidental tras las caídas y en la tercera causa de fallecimiento externa en nuestro país. Y sí, la Guardia Civil vuelve a alzar la voz para recordarnos que, antes de rematar el almuerzo, conviene mirar alrededor y estar preparados.

¿Por qué la Guardia Civil insiste ahora en el peligro de atragantarse?

La alarma no nace de la nada. Cada verano el número de episodios se dispara, quizá porque nos relajamos con las tapas, las barbacoas y los vasos de conversación en mano. La Benemérita ha rescatado en su cuenta de X (antigua Twitter) una infografía de primeros auxilios que ya se viralizó hace unos años y que vuelve a circular como pan caliente: el objetivo es que nadie se quede mirando sin saber qué hacer cuando alguien se ahoga a medio bocado.

Además, el problema no distingue edades. Aunque solemos imaginar a los más pequeños llevándose piezas de juguete a la boca, los datos confirman que adultos y personas mayores están igual de expuestos. Botones, bolígrafos y, cómo no, alimentos mal masticados comparten protagonismo en estas emergencias. Por tanto, tener clara la maniobra salvadora no es solo cosa de padres primerizos: a todos nos toca aprenderla.

¿Cuántas vidas se lleva esta emergencia silenciosa cada año?

Las cifras quitan el hipo (y no precisamente el alimento atascado). Según el Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes, en 2022 los atragantamientos provocaron 3.546 muertes accidentales en España. Este número supuso un aumento considerable respecto a años anteriores y consolidó al atragantamiento como la tercera gran causa de muerte no natural.

A la luz de estos datos, entender por qué la Guardia Civil insiste en difundir la maniobra de Heimlich resulta casi obvio. No se trata de alarmar por deporte (bastante tenemos con los titulares diarios), sino de recordar que saber reaccionar puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia.

¿Cómo actuar cuando alguien se atraganta?

Imagina la escena: la víctima está consciente, no puede hablar y apenas respira. En ese momento los segundos cuentan más que nunca.

  1. Colócate detrás de la persona y rodea su torso con los brazos.
  2. Ubica el nudillo del pulgar justo por debajo del ombligo y bastante por debajo del esternón.
  3. Ejerce compresiones firmes y rápidas hacia dentro y arriba hasta que el objeto salga disparado.

Si el cuerpo extraño consigue expulsarse, el susto se queda en anécdota, pero aun así conviene llamar al 112 para descartar posibles daños internos. En el peor de los casos, si el objeto no sale, hay que iniciar inmediatamente una reanimación cardio pulmonar (RCP) mientras llegan los servicios de emergencia.

Recomendaciones para comer sin sobresaltos

En la práctica, evitar un atragantamiento empieza mucho antes de que aparezca la urgencia. Masticar despacio, cortar bien los alimentos y mantener objetos pequeños lejos de los más pequeños (y de los no tan pequeños que juguetean con el boli) reduce enormemente el riesgo. Además, conviene repasar la maniobra de Heimlich de vez en cuando: ver un vídeo, practicar con un cojín o seguir la guía difundida por la Guardia Civil puede darte la seguridad necesaria en una situación real.

En resumen, la próxima vez que te sientes a la mesa, recuerda: disfrutar sí, pero con un ojo en el plato y otro en quienes te rodean. Porque, como muestra la estadística, un simple gesto de ayuda puede salvar más de 3.500 vidas al año.

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