Creía que había superado la entrevista laboral, pero la empresa la invitó a una ‘happy hour’ secreta

Lo que le ha pasado a Marissa Marlowe suena a chascarrillo de barra de bar, pero es más común de lo que crees. Después de enviar “cientos” de currículums (palabras textuales) por fin le sonó el teléfono: entrevista presencial, presentación de 75 minutos y ronda de charlas con media plantilla.

Hasta aquí, todo dentro de lo normal… salvo que la jornada terminó con una invitación a una happy hour en un bar cercano. Ella acudió encantada; ¿a quién le amarga un cóctel gratis? El problema es que el local estaba lleno de otras personas candidatas y, como en The Bachelor, había que ganarse la rosa… o, en este caso, el contrato.

¿Por qué invitarte a una “happy hour” puede ser otra prueba de selección?

El brindis, que parecía mera cortesía, funcionaba en realidad como una especie de “Gran Hermano” laboral: observar quién se integra, quién habla demasiado y quién aguanta el tirón sin soltar la copa.
De hecho, varios expertos en recursos humanos reconocen que estas veladas sirven para detectar habilidades blandas (trabajo en equipo, comunicación, tolerancia al alcohol) sin la rigidez de una sala de juntas. El problema, claro está, es que nadie te avisa de que sigues bajo evaluación y muchos candidatos confunden relajación con descarte.

Marlowe, según cuenta en TikTok, aguantó la jornada completa: excursión de 8 horas que incluyó la citada presentación de 75 minutos y coloquios con 4 departamentos distintos.
Sin embargo, 48 horas después recibió el temido correo: “hemos decidido continuar con otras candidaturas”. Ni rosa, ni ramo, ni explicaciones. Esa frustración es la chispa que la llevó a compartir su historia en la red social y acumular más de 1,2 millones de visualizaciones en solo una semana.

Seis señales de que tu “afterwork” es, en realidad, un examen encubierto

Antes de la lista, conviene recordar que no todas las empresas actúan con mala fe; algunas simplemente testan la cultura corporativa en otro entorno. Ahora bien, si detectas varios de estos indicios, activa el modo auditor interno:

  1. La invitación llega con hora y ruta cerradas, como si fuera una parte obligatoria del proceso.
  2. Te piden “seguir mostrando tu mejor versión” durante la velada.
  3. Observas a varios entrevistadores dispersos por el local tomando notas en el móvil.
  4. Hay más candidatos que taburetes y nadie sabe muy bien quién paga la primera ronda.
  5. Alguien suelta preguntas del estilo: “¿Con cuántos compañeros chocarías los cinco al terminar un proyecto?”.
  6. Te preguntan si prefieres cerveza o refresco… y anotan la respuesta en una libreta.

Puede que alguna señal aislada sea simple casualidad; verlas todas juntas convierte la cita nocturna en un test de estrés con servilleta de papel.

¿Cómo está ahora mismo el mercado laboral en Estados Unidos?

Aunque el paro ronda un discreto 4,0 % desde abril de 2024, la llamada “Gran Permanencia” (más gente agarrada a su silla) ha elevado la competencia para puestos concretos.

Además, gigantes como Meta, Amazon o Goldman Sachs han recortado 31 000 empleos desde enero de 2024 hasta el 15 de mayo de 2025, lo que desplaza a miles de perfiles sénior al mismo embudo que los júnior. Por consiguiente, los reclutadores disponen de más candidatos y ponen el listón creativo por las nubes.

Por un lado, ponte un límite de horas que invertirás en cada candidatura (presentación incluida); de lo contrario, puedes acabar trabajando gratis, y con resaca, para una empresa que nunca te fichará.
Por otro lado, pregunta sin rubor: “¿Esta actividad forma parte de la evaluación?”; si la respuesta es un sí a medias, decide si te compensa.

Y, si aceptas, mantén la guardia alta: un refresco, conversación cordial, cero excesos y mucha escucha activa. Al fin y al cabo, nada sale más caro que regalar tu tiempo.

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