El cielo siempre nos guarda sorpresas, y no hablamos de la factura de la luz precisamente. Cuando creíamos haberlo visto todo con aquel famoso Oumuamua de 2017, aparece ahora un viajero cósmico que le quita el puesto de “rarito” del barrio espacial. Se llama 3I/ATLAS, y no es la típica piedrecita que encuentras en la playa: esta roca helada presume de 11,2 kilómetros de diámetro, más grande que el mismísimo monte Everest. Los científicos lo detectaron gracias al Observatorio Vera C. Rubin y, como buen forastero, ni se quedará a tomar café ni chocará contra la Tierra.
Eso sí, desde que su existencia salió a la luz el 1 de julio, las teorías sobre naves alienígenas no paran de florecer en redes sociales. Tranquilidad: la comunidad astronómica insiste en que es solo un “simple” cometa, aunque con curriculum interestelar.
¿Qué es exactamente 3I/ATLAS y por qué rompe todos los récords?
Cualquier aficionado a mirar las estrellas sabe que no todos los días aparece un objeto de fuera del Sistema Solar. 3I/ATLAS es el tercero en la lista de visitantes interestelares y, según más de 200 investigadores, su núcleo ronda los 5,6 kilómetros de radio (unos 11,2 kilómetros de punta a punta). Para ponerlo en contexto: Oumuamua medía unos 400 metros y el cometa Borisov, descubierto en 2019, apenas llegaba al kilómetro.
Además del tamaño, su órbita hiperbólica confirma que no está “atrapado” por la gravedad del Sol. Dicho de otro modo: entró, saluda de lejos y sigue su camino sin intención de quedarse a vivir aquí ni de pagar IBI. Su punto de mayor aproximación se quedará en 1,6 unidades astronómicas, lo que se traduce en unos 240 millones de kilómetros. La NASA recuerda que viaja demasiado rápido para ser capturado por el Sol, así que lo veremos pasar (de refilón) y luego se perderá en el espacio profundo. Fin del susto.
¿Cómo seguir su viaje desde casa sin volverse loco?
Si ya te pica la curiosidad y quieres impresionar a tus amigos durante la próxima barbacoa nocturna, toma nota de estos pasos sencillos:
- Revisa las efemérides astronómicas: los portales especializados publican cada semana las coordenadas actualizadas de 3I/ATLAS.
- Descarga una app de cielo virtual (tipo planetario móvil) y marca la posición del cometa para saber en qué constelación se encuentra.
- Usa prismáticos o un telescopio básico; no esperes un espectáculo visual como el de los grandes cometas, pero con cielo oscuro podrías distinguir su tenue halo de polvo.
- Comparte tus observaciones en foros o redes de astronomía amateur: cuantos más datos haya, mejor se afina su trayectoria.
Estos cuatro gestos te permitirán sentirte un poco explorador espacial sin despegar los pies del suelo, ni vaciar la cartera en instrumental carísimo.
Entonces, ¿qué nos enseña este visitante interestelar?
Por un lado, confirma que el Sistema Solar es un cruce de caminos más concurrido de lo que parece. Y, por otro, recuerda que la ciencia avanza gracias a observatorios como el Vera C. Rubin, capaces de detectar rocas a distancias astronómicas. En definitiva, 3I/ATLAS pasará de largo, pero nos deja datos jugosos sobre cómo se forman y viajan los cuerpos helados entre estrellas. De ahí que los investigadores insistan en prestar atención a la investigación real y no a las teorías conspiranoicas: lo emocionante ya está en los números.
Si te apasiona la astronomía, mantén actualizado tu software de seguimiento celestial y reserva al menos una noche despejada este mes para buscar a 3I/ATLAS. Y si prefieres la comodidad del sofá, sigue las cuentas oficiales de misiones espaciales; ellas publican imágenes y gráficos casi en tiempo real. Así, te aseguras el mejor asiento, y sin pagar entrada, para ver desfilar al cometa más grande jamás detectado.