Abrir la puerta del coche sin mirar puede acabar en accidente grave. Te explicamos qué es el “dooring”, por qué sucede con tanta frecuencia en ciudad y qué medidas sencillas reducen el peligro.
El “dooring” ocurre cuando un ciclista choca contra la puerta de un vehículo que se abre de forma inesperada. En calles con filas de coches aparcados es un siniestro habitual: la caída suele ser violenta y, en ocasiones, el ciclista termina golpeado por otro vehículo que circula en paralelo. Con las bicicletas eléctricas, que alcanzan con facilidad los 25 km/h, el margen de reacción aún se estrecha.
Por qué el dooring provoca tantos accidentes con ciclistas en calles urbanas
La clave está en el tiempo de reacción. Un ciclista a 20 km/h necesita más de diez metros para detenerse. Si en ese instante se abre una puerta a escasos centímetros, el impacto es prácticamente inevitable. ¿Y si intenta esquivar? En calzadas estrechas o carriles bici pegados a los coches aparcados, apenas hay espacio para maniobrar por la presencia de otros vehículos o incluso raíles.
Las consecuencias van desde fracturas y lesiones en la cabeza hasta casos extremos con resultado mortal. En febrero de 2023, un ciclista falleció en Berlín tras colisionar con la puerta trasera de un taxi. No te la juegues: una mirada extra puede salvar una vida.
Datos y magnitud del dooring en Europa y falta de estadísticas españolas
En España no hay estadísticas oficiales específicas sobre estos siniestros. Aun así, los datos europeos evidencian la magnitud del problema: en ciudades como Berlín, más de la mitad de los accidentes entre ciclistas y coches aparcados se originan por la apertura de puertas. La DGT ha reconocido que este tipo de incidentes está infrarrepresentado en las cifras de siniestralidad, y los colectivos ciclistas insisten en que es una de las causas más comunes de accidente urbano. ¿Sorpresa? Más bien un recordatorio de que conviene adoptar hábitos preventivos.
Consejos para ciclistas y conductores: distancia lateral, señales y mirada holandesa
¿Qué puedes hacer tú, seas ciclista o conductor? La prevención está en gestos simples y constantes.
- Mantener, como ciclista, al menos un metro de distancia lateral respecto a los coches aparcados.
- Vigilar señales previas: luz interior encendida o movimiento dentro del vehículo.
- Usar casco para reducir lesiones graves en la cabeza.
- Aplicar la “mirada holandesa” (Dutch Reach): abrir la puerta con la mano contraria a la más cercana, obligando a girar el cuerpo y mirar hacia atrás.
Estos hábitos, sumados, reducen notablemente el riesgo. Por lo tanto, conviene interiorizarlos hasta convertirlos en rutina.
Qué hacen fabricantes y autoridades para reducir el dooring y mejorar la seguridad
Además de la precaución individual, algunos fabricantes incorporan ayudas que detectan ciclistas aproximándose por detrás. Incluso pueden retrasar la apertura si hay peligro. A continuación, un resumen orientativo de lo que ya se ofrece:
Fabricante | Modelos mencionados | Función destacada para evitar el dooring |
---|---|---|
Volkswagen | ID.4, ID.5 | Aviso luminoso y acústico cuando se aproxima un ciclista por detrás |
Ford | Transit Custom | Sistema que puede retrasar la apertura de la puerta si detecta riesgo |
Estas soluciones tecnológicas no sustituyen la atención humana, pero la complementan. De ahí que combinar hábitos seguros con sistemas de alerta resulte la estrategia más eficaz. ¿La idea? Mirar dos veces, abrir una sola.