Han pasado cinco años desde que el covid-19 llegase a nuestras vidas. Sin embargo, los efectos de este virus que asoló el mundo sigue teniendo consecuencias sobre la salud, tanto física como mental, de algunas personas. Una de estas secuelas es lo que hoy conocemos como la enfermedad de covid persistente, que consiste en los síntomas que el virus provocaba en algunas personas pero agravado.
Fueron muchas las personas que tras padecer el covid vieron como su cuerpo no se recuperó del todo: fatiga al hacer cualquier esfuerzo minúsculo, dificultades para respirar con normalidad, perdida de cabello, incluso hubo mujeres a las que se le descontroló el periodo de la menstruación. Algunas se recuperaron a los pocos meses, sin embargo, hay personas que todavía hoy sufren esta enfermedad. De hecho, la OMS ha estimado que entre un 10% y un 20% de los infectados por covid-19 ha desarrollado o desarrollará covid persistente.
Es el caso de una mujer que era diseñadora gráfica y multimedia de 57 años que tras padecer el virus contrajo la enfermedad de covid permanente. Esta inició el proceso por vía administrativa para solicitar la incapacidad permanente tras estar un tiempo de incapacidad temporal, pero le fue denegada. Por ello, la trabajadora decidió demandar al Instituto Nacional de la Seguridad Social.
La justicia avala a la diseñadora gráfica
Según los informes médicos presentados, la diseñadora padecía, entre otros síntomas: cefalea crónica después del covid de perfil tensional, además de un trastorno adaptativo, déficit cognitivo, falta de atención y cansancio general. Además, ninguno de los tratamientos que ha tomado ha sido efectivo, ni siquiera el bótox para los fuertes dolores de cabeza o la ingesta de tramadol.
Todos estos padecimientos y, según recoge la sentencia, eliminan por completo la capacidad de la diseñadora para desempeñar su trabajo de forma normal y habitual. El escrito argumenta que para desarrollarlo se necesitan unos niveles de atención y concentración, así como el uso continuo de pantallas son incompatibles con las dolencias descritas en los informes médicos.
Además, la sentencia expone que no podrá desempeñar ni este ni ningún otro tipo de empleo, puesto que la presencia de cefaleas continuas y diarias hace imposible el desarrollo ordinario con un rendimiento acorde de cualquier profesión, pues estas requerirían un esfuerzo extraordinario que derivarían en unas malas condiciones en calidad de vida por el dolor casi permanente.
La Seguridad Social tendrá que pagar a la trabajadora
La demanda de la diseñadora gráfica fue estimada por el Juzgado de lo Social y condenaba y obligaba al Instituto Nacional de la Seguridad Social a abonar a la demandante con covid persistente una pensión cuya cuantía asciende al 100% de su base reguladora, siendo esta de 1.889,92 euros, teniéndose que ajustar conforme lo hagan las revalorizaciones y las mejoras que legalmente correspondan. El INSS puso un recurso de suplicación contra la sentencia inicial y, finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de la Sala de lo Social, desestimó dicho recurso, dando completamente la razón a la demandante y declarando la incapacidad permanente por covid persistente.
Esta sentencia es una muestra de cómo la justicia dicta en favor de los trabajadores cuando existen motivos. Si te interesan este tipo de noticias sobre sentencias, puedes seguir nuestra página de actualidad en la que publicamos artículos relacionados con el derecho laboral entre otros.